Los padres abandonan a los hijos.
Los hijos abandonan a los padres. Los padres protegen o desprotegen pero
siempre desprotegen. Los hijos se quedan o se van pero siempre se van. Y todo
es injusto, sobre todo el rumor de las frases, porque el lenguaje nos gusta y
nos confunde, porque en el fondo quisiéramos cantar o por lo menos silbar una
melodía, caminar por un lado del escenario silbando una melodía. Queremos ser
actores que esperan con paciencia el momento de salir al escenario. Y el
público hace rato que se fue.
Alejandro Zambra.
Formas de volver a casa (Anagrama, 2011)