qué veloz Carmen... qué buena la simultaneidad... Muy duro, sí.
Dice por detrás porque me siento medio incapaz de decir nada del loco libro:
"Yo vengo de una familia en la que cada miembro dañaba de algún modo a los demás. Luego, arrepentidos, cada uno se dañaba a sí mismo"
Son historias puntuadas por coros detrás de cada capítulo, algunos humorísticos, la mayoría trágicos, que dan voz a los sin-voz.Es la polifonía narrativa de los ramales conflictivos del México contemporáneo y, por extensión, de América Latina y del mundo.
No estoy de acuerdo, Kika. LA vida es maravillosa, pero dura.
El texto es una preciosidad. Hay mucho de eso en el amor estabilizado por el tiempo. Lo duro es lo de "sigues conmigo porque". No debería haber nunca "porques"
¡Mi maestro de la segunda persona del singular, con aquel librito que se llamaba casi como tú, descolocando un par de letras y cambiando la o por una u!
Tiene pinta de ser un tipo que te arrastra por el barro totalmente orgulloso de poder hacerlo, es genial.
8 comentarios:
Jo. Qué duro, ¿no?
qué veloz Carmen...
qué buena la simultaneidad...
Muy duro, sí.
Dice por detrás porque me siento medio incapaz de decir nada del loco libro:
"Yo vengo de una familia en la que cada miembro dañaba de algún modo a los demás. Luego, arrepentidos, cada uno se dañaba a sí mismo"
Son historias puntuadas por coros detrás de cada capítulo, algunos humorísticos, la mayoría trágicos, que dan voz a los sin-voz.Es la polifonía narrativa de los ramales conflictivos del México contemporáneo y, por extensión, de América Latina y del mundo.
Maravilloso. Duro pero maravilloso. Como la vida (a veces)... ¿no?
Besos,
K
No estoy de acuerdo, Kika. LA vida es maravillosa, pero dura.
El texto es una preciosidad. Hay mucho de eso en el amor estabilizado por el tiempo. Lo duro es lo de "sigues conmigo porque". No debería haber nunca "porques"
Amén, Nan.
Dura y maravillosa, gracias a lo segundo se hace mucho más llevadero lo primero... qué excitante, no?
maravillosa, dura y carlosfuentes cuando se pone carlosfuentes.
¡Mi maestro de la segunda persona del singular, con aquel librito que se llamaba casi como tú, descolocando un par de letras y cambiando la o por una u!
Tiene pinta de ser un tipo que te arrastra por el barro totalmente orgulloso de poder hacerlo, es genial.
"Sólo yo tengo en mis ojos viejos tus ojos jóvenes".
¡Pero qué manera tan vital (tan de viejo enamorado) de convertir el recuerdo en presente!
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