25 julio 2008

A los chicos del Bremen, incluso a los más escépticos

No creíamos en el arte. Pero creíamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o el cuadro eran exorcismos, conjuros contra el desierto, conjuros contra el ruido, la nada, el bostezo, el claxon, la bomba. Escribir era defenderse, defender a la vida. La poesía era un acto legítimo de defensa. Escribir: arrancar chispas a la piedra, provocar la lluvia, ahuyentar a los fantasmas del miedo, el poder y la mentira. Había trampas en todas las esquinas. La trampa del éxito, la del "arte comprometido", la de la falsa pureza. El grito, la prédica, el silencio: tres deserciones. Contra las tres, el canto.
En aquellos días todos cantamos.


Octavio Paz (1914-1998)
Fragmento del prólogo que escribió para el libro Ese puerto existe, de Blanca Varela.

7 comentarios:

kika... dijo...

Yo canto.

besos y magia,
K

NáN dijo...

joder, ni que lo hubiera escrito para nosotros. Si al final hay libro, lo propongo como cita general.

Y propongo que no acabemos refiriéndonos a ello como un pasado de aquellos días. Se puede estar en el presente.

Aquellos días son hoy.

kika... dijo...

Por eso lo he escrito en presente...

:)

más besos,
K

Anónimo dijo...

Son dias de hoy y venideros, al final son todos los dias, y eso me pone contenta.

AROAMD dijo...

No sé en qué crseemos en el Bremen. Pero es hermoso arrancarnos chispas, ahuyentar a los fantasmas y reírnos, divertirnos, encajar en los ratos de la vida.

Un beso.

Aroa

NáN dijo...

Desde luego que sin esa potente amistad que se ha creado, menos se habría conseguido.

Pero hay más Aroa: pacientemente, despacio, cada dos miércoles, todos escribimos mejor. ¿Significa eso que vamos camino de convertirnos en escritores? No necesariamente.

Pero escribir mejor es pensar mejor: el modo en que veo y entiendo lo que me rodea se ha transformado brutalmente.

No es necesario, salvo por lo que dije de la amistad como combustible, que eso tenga que pasar en un taller: está pasando día a día, en la blogosfera que visitamos. E incluso en esa blogosfera, la amistad, el ánimo, son una realidad.

Escribimos, pensamos y sentimos mejor. Es un hecho claro. Aunque muchos no lleguemos nunca a ser escritores. En el taller, simplemente, es más divertido. ¡Vive la differance!

Anónimo dijo...

Ay chicos, Lara, Aroa, Nano, todos...
A este llegué tarde, pero vengo a estas playas de vez en cuando. Me baño silenciosa. A veces no sé qué decir. A veces la pereza...
Da igual. El Bremen es un lugar fantástico en el que estar. En el que aprender cosas que no siempre tiene que ver directamente con la literatura, pero que terminan teniendo que ver.

Prometo intentarlo... venir aquí que es otro sitio diferente (como dice Nano, blogosfera) venir aquí y dejar las huellas de mis pies sobre esta arena.

Mientras tanto: besos