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Mi mujer dice: haz una lista. Me da un cuaderno y un lápiz, como si fuera un escolar. Pongo su nombre en redondillas y ella arranca la hoja y llora.
Llora. No como una niña ni como una vieja que piensa que ya no vienen a visitarla. Llora de verdadera molicie. De verme feo y sin uso, incauto.
Le pido no me dejes. Ella enciende la televisión y me mira como diciendo dame tregua, no te rebajes, vete de putas, véngate, date cuenta de que hace seis meses que no te beso, un año que no te hurgo, dos que casi no hablo contigo; dice grita, bebe, da un portazo, mátate con el coche, escapa de mí, piensa que te he reventado, que te he rajado la vida, que me he cagado en tus ideas, en tu identidad, que te he rascado por dentro y he soplado dentro de ti como dentro de un cristal fundido y luego te he estrellado contra el suelo.
Mi mujer dice: haz una lista, Llévate lo que quieras. Lo que quieras. Menos a mí.
Y pienso: quiero
una guerra
un sótano
ella y yo refugiados
astillas, barriles de vino, mantas de arpillera
le digo
no tengas miedo
no llores
Pero ella llora en mi camisa
y su cuerpo tiembla
(sopla cálido, del sur)
como los árboles que veo desde la habitación
Quiero, firme: guerra, invasión, pogromo, treblinka contra occidentales aburridos, la nefanda raza de anodinos occidentales que –brama en sus micrófonos el líder– hunde nuestra nación con sus banalidades (fiebre de aplausos, las juventudes antisustanciales golpean el suelo con sus estandartes).
Quiero (pienso) un ombligo para los dos, el hilo de oro que nos cosa las costillas.
Quiero que no te vayas. Mejor, firme: quiero que no tengas adónde.
Llora. No como una niña ni como una vieja que piensa que ya no vienen a visitarla. Llora de verdadera molicie. De verme feo y sin uso, incauto.
Le pido no me dejes. Ella enciende la televisión y me mira como diciendo dame tregua, no te rebajes, vete de putas, véngate, date cuenta de que hace seis meses que no te beso, un año que no te hurgo, dos que casi no hablo contigo; dice grita, bebe, da un portazo, mátate con el coche, escapa de mí, piensa que te he reventado, que te he rajado la vida, que me he cagado en tus ideas, en tu identidad, que te he rascado por dentro y he soplado dentro de ti como dentro de un cristal fundido y luego te he estrellado contra el suelo.
Mi mujer dice: haz una lista, Llévate lo que quieras. Lo que quieras. Menos a mí.
Y pienso: quiero
un sótano
ella y yo refugiados
astillas, barriles de vino, mantas de arpillera
le digo
no tengas miedo
no llores
Pero ella llora en mi camisa
y su cuerpo tiembla
(sopla cálido, del sur)
como los árboles que veo desde la habitación
Quiero, firme: guerra, invasión, pogromo, treblinka contra occidentales aburridos, la nefanda raza de anodinos occidentales que –brama en sus micrófonos el líder– hunde nuestra nación con sus banalidades (fiebre de aplausos, las juventudes antisustanciales golpean el suelo con sus estandartes).
Quiero (pienso) un ombligo para los dos, el hilo de oro que nos cosa las costillas.
Quiero que no te vayas. Mejor, firme: quiero que no tengas adónde.
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Fragmento de Rosas, restos de alas, la primera novela de Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978), publicada en La Fábrica Editorial (Madrid), Biblioteca BlowUp Novelas Cortas, 2008.
11 comentarios:
Madre mía. Me ha gustado mucho este texto, y me ha hecho preguntarme cómo sería la novela...
(se trata de eso, es genial)
besos a todos,
K
este fragmento siempre me pareció fantástico... cuando Lara lo colgó en su blog, cuando lo releí en las páginas del libro y de nuevo, vuelve a ser estupendo...
Joder. Yo también estoy sin aliento después de leerlo.
Buenísimo.
X.
Esta novela de Pablo te pilla y no te suelta.
Tiene lo que hay que tener. Pero cada vez que leo lo de ella dándole un cuaderno y un lápiz, y el poniendo su nombre en redondilla, me acongojo.
Hay más, mucho más. Esto es solo el principio. Pero es lo que hacemos en las Playas, poner cebos.
Todo lo que nos desgarra es porque nos toca, en esa fibra última donde reposa lo esencial. Buen texto, que invita sin duda a hacerse con la novela.
Tu blog también me gusta. Volveré.
Pues sí, este fragmento ya pasó por el blog de Lara, y se leyó en Barcelona en la presentación de la novela, y... Pero es que es muy bueno. A mí fue lo que me enganchó. Eso sí, acudid a la novela sin vacilar!
elpasadoqueteespera, ve a por ella y no dudes en volver (eso sí, este blog no es de nadie, todos los dados de alta podemos publicar fragmentos de autores que no seamos nosotros mismos: esta es la única regla, últimamente. estás invitada, si es que nos frecuentas).
Abrazos y besos, K, A, X, N, E
Hola Pablo! Ese fragmento lo leistes en la presentacion del libro.. PRECIOSO.
I'm very sorry pero sinceramente no tengo vocabulario ni conocimiento suficiente para poder entender muuuuchas cosas. Me da una lastima!! Estoy acostumbrada a lecturas faciles.. Esto esta muy por encima de mis capacidades. Pero verdaderamente me ENCANTARIA poder entender. Es frustrante, es una impotencia. Necesito a mi profe para que me vaya explicando cada detalle y el porqué de esto y de lo otro.
Lo dijo Pepe Castro: ustedes no lo vais a entender. Y pense: este hombre nos subestima. Pero NO, en mi caso, desgraciadamente, acerto.
La duda es: lo comprendere algun dia? Puede que un dia abra el libro y diga: Joe! como esq no lo veia? Pues no se. Ojala pq por lo q leo esta todo el mundo encantao y yo.. soy una inculta supongo.
Bueno aun asi estoy muy orgullosa de ti, te mando un beso y te deseo mucha suerte!!
Christina Jorfi
Mega nos ha concedido un premio blogueril.
Podéis recoger vuestra parte en
http://megasoyyo.blogspot.com/
(gracias, Mega)
No he leído el libro y posiblemente no tenga oportunidad de hacerlo, pero aun así me voy a atrever a poner música a este botón de muestra.
Rosas
Restos de alas
Jo.
No sé qué decir,
como una nenita a la que le dan una medalla en un concurso de pintura del cole.
Gra-cias.
Y un beso para ti, Chris, y nada de eso de lo piensas, nada..., y no le hagas caso al bueno de Pepe, chiquilla.
Y Miguel y los demás, abrazos para vos.
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