RICHARD: Oh, a propósito... La verdad es que quería preguntarte algo.
SARAH: ¿Qué?
RICHARD: ¿Alguna vez se te ocurre que mientras te pasas la tarde siéndome infiel yo estoy en mi escritorio repasando balances y gráficos?
SARAH: Qué pregunta más rara.
RICHARD: No, tengo curiosidad.
SARAH: Nunca me lo habías preguntado.
RICHARD: Siempre quise saber.
Harold Pinter
(Londres, 1930-2008)
Fragmento de El amante (1963)
Edición de Losada, 2005, traducción de Rafael Spregelburd
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5 comentarios:
Sólo de recordar su discurso de aceptación del Premio Nobel se me pone la carne de gallina.
La literatura anglosajona perdió ayer a uno de los grandes.
besos y magia,
K
La mayoría de las preguntas se suelen amontonar en la cabeza...
Tienes toda la razón. Las preguntas más importantes suelen quedarse sin preguntar...
besos
K
Y si se preguntan, ¡suenan tan raras!
(habrá que sacar algo de ese hecho, pero en estos momentos solo tengo estupor).
Fabuloso y querido, Pinter. Uno de mis autores favoritos. Para siempre.
Besos
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