03 octubre 2008

RMR

:
A ti, oscuridad de la que vengo,
te amo más que a la llama
que limita el mundo
y brilla sólo
para algún círculo
fuera del cual ningún ser sabe de ella.
.
Pero la oscuridad lo retiene todo:
formas y llamas, animales y a mí,
tal como lo atrapa,
personas y poderes...

.
Y puede ser que una gran fuerza
cerca de mí se agite.

.
Creo en las noches.
:
:
:
Apágame los ojos: puedo verte;
ciérrame las orejas: puedo oírte,
y sin pies puedo andar hacia ti,
y aun sin boca puedo invocarte.
Arráncame los brazos y te asiré
con el corazón como con una mano,
detén mi corazón y latirá mi cerebro,
y si incendias mi cerebro
te llevaré en mi sangre.

:
Rainer Maria Rilke, Das Stundenbuch (El libro de horas), recogido en Elegías de Duino, Los sonetos a Orfeo y otros poemas seguido de Cartas a un joven poeta, edición bilingüe de Eustaquio Barjau y Joan Parra. Círculo de Lectores, Barcelona, 2000.

7 comentarios:

Lara dijo...

brillante estreno, Mega,
en medio de otra noche me encuentro con esta que nos cuentas, que nos cuenta RMR,
poema que he leído como si un visitante anduviera apagando las luces de mi cuarto y recitando, tan sonoro, tan directo

bienvenida

Miguel Marqués dijo...

Rainer el medio rondeño!

Un último romántico hablando con tanta fuerza y tanta sensualidad; como dice Lara, un poeta recitando con una vela ante sí, tapándola y destapándola con la mano. Así lo oigo, aunque se me cierren las orejas (tengo que pasar por el otorrino...)

kika... dijo...

me ha encantado (estoy en mode romántico yo), y además siempre recuerdo esas cartas a un joven poeta: si te despiertas por la mañana y de lo que tienes ganas es de escribir, eres escritor.

no se puede decir nada más claro, más "responsabilizante", más literario en definitiva.

bienvenida, Mega,
miles de besos a todos,
K

NáN dijo...

¿Cómo es posible que sus palabras sigan siendo totalmente actuales? ¿Que lleguen tan certeras?

No hace falta estar en modo romántico para quedarse adherido. Creo que eso es lo que significa ser un clásico: lograr una autenticidad en su propia época, que resonará ya siempre como auténtico.

Gemma dijo...

Lara, gracias. Son dos poemillas como dos oraciones. Es cierto. Justo ahora tengo este libro entre manos (me gusta rescatarlo por las noches) y es una verdadera mina. Inagotable.

Miguel, jaja. Sus versos son apenas un hilo de voz (como llama de vela), pero ¡qué fuerza y calor!...

Kika, a mí esas cartas, que sin ser poeta leí siendo muy jovencita, me indicaron que acaso no debía renunciar a la escritura. Revelador Rainer siempre.

Nano, te copio aquí otro poema del libro siguiente "Das Buch der Bilder" (El libro de las imágenes) porque sé que te agradará:

"Día de otoño"

Señor: Es la hora. Grande ha sido el verano.
Posa tu sombra sobre los relojes de sol,
y desata los vientos en los campos.

Ordena madurar a los frutos postreros;
dales aún dos días más sureños,
aprémialos a culminar, e insufla
la última dulzura en la uva grávida.

Quien ahora no tenga casa, ya no la construirá.]
Quien esté solo ahora, lo estará mucho tiempo,]
y velará, y leerá, escribirá largas cartas
y rondará intranquilo de aquí para allá
por los paseos, entre hojas volanderas.

Besos y abrazos (si no os parece mal, me gustaría dejaros otros poemas suyos.)
;-)

Anónimo dijo...

El poema que has dejado se clava.

Pon más, por favor.

NáN

Gemma dijo...

Prometido.