24 mayo 2009

El mayor piropo que he recibido


Estaba en Nápoles andando por la calle con mi marido. Y un hombre dijo en alto a otro, quería que yo lo oyese: Con mujeres como esta contamos para reconstruir Italia. No reconstruí Italia. Intenté reconstruir mi casa, reconstruir a mis hijos y a mí. No lo conseguí. Pero el italiano no estaba cortejándome, hablaba en serio. Dios, hacedme reconstruir al menos una flor. Ni siquiera una orquídea, una flor de las que se recogen en el campo. Sí, pero tengo un secreto: necesito reconstruir con urgencia de las más urgentes, hoy mismo, ahora mismo, en este instante. No puedo decir qué.


Clarice Lispector
(Chechelnyk, Ucrania, 1920 - Río de Janeiro, Brasil, 1977)

De Aprendiendo a vivir y otras crónicas (Siruela, 2007)
Traducido por Elena Losada

23 mayo 2009

mano a mano /Gelman y Benedetti/

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¿Y si Dios fuera una mujer?
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¿Y si Dios fuera una mujer?
preguntas
«lo que hacemos en nuestra vida privada es cosa nuestra» dijeron las Seis
Enfermeras Locas del Pickapoon Hospital de Carolina mientras movían sus
pechos con una dulzura tan parecida a Dios
¿y si Dios fuera una mujer? alguno dijo
¿y si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo alguno ¿y si
Dios movieras los pechos dulcemente? dijo ¿y si Dios fuera una mujer?
corrían rumores acerca de las Seis
las habían visto salir de hospedajes sospechosos con una mirada triste en la
boca las habían visto en una cama del Bat Hotel las habían visto fornicando
con sastres zapateros carniceros de toda Pickapoon
¿y acaso Dios no sale de los hospedajes con una mirada triste en la boca?
alguno dijo ¿y si Dios fuera una mujer? ¡tetas de Dios! ¡blancos muslos de
Dios! ¡lechosos! dijo ¡leche de Dios! gritaba por los techos de toda la
ciudad
así que lo quemaron
hicieron una hoguera alta al pie de la colina del Estey también quemaron a las Seis Enfemeras Locas de Pickapoon todas eran rubias
y cada día habían visto a la muerte trabajar
eso es todo
así acaban con los temblores mortales e inmortales en Carolina y otros
sitios de Dios ¿y si Dios fuera una mujer? ¿y si Dios fuera las Seis
Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo alguno.

Juan Gelman


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¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

Mario Benedetti