30 noviembre 2006

ESTAR EN TI

Yo no entro en ti para que tú te pierdas
bajo la fuerza de mi amor;
yo no entro en ti para perderme
en tu existencia ni en la mía;
yo te amo y actúo en tu corazón
para vivir con tu naturaleza,
para que tú te extiendas en mi vida.
Ni tú ni yo. Ni tú ni yo.
Ni tus cabellos esparcidos aunque los amo tanto.
Sólo esta oscura compañía. Ahora
siento la libertad. Esparce
tus cabellos. Esparce tus cabellos.

Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931)

29 noviembre 2006

Y de vez en cuando me lo sacaba del bolsillo y lo contemplaba, con una mirada de asombro y no diré de afecto, porque de eso yo no soy capaz. Pero durante algún tiempo me inspiró, creo, una especie de veneración, ya que tenía por cierto que no era un talismán, sino que tenía una función muy específica que me sería siempre velada. De modo que podía interrogarle sin fin y sin peligro. Porque no saber nada no es nada, no querer saber nada tampoco, pero lo que es no poder saber nada, saber que no se puede saber nada, éste es el estado de la perfecta paz en el alma del negligente pesquisidor.

Molloy, Samuel Beckett (Foxrock, Irlanda, 1906-1989)
Traducción de Pere Gimferrer.

28 noviembre 2006

"La clase obrera va al paraíso"

Una vez me enamoré de una trotskista.
Me gustaba estar con ella
porque me hablaba de Marx,
de Engels, de Lenin
y, desde luego, de León Davidovich.
Pero, más que nada,
porque estaba en verdad como quería.
Tenía las piernas más hermosas de todo el
movimiento comunista mexicano.
Su senos me invitaban a
mantener con ellos actitudes fraccionales.
Las caderas, que eran pequeñas, redondas,
trazadas por no sé qué geometría lujuriosa,
lucían ese movimiento binario
que forma cataclismos en las calles populosas.
Un día, cuando me platicaba que:
''Lenin había visto con lucidez
que la época de los dos poderes llegaba a su fin",
yo le tomé la mano;
ella continuó:
''Pero el problema básico
era la concientización de los soviets".
Yo no despegaba los ojos de sus senos.
Un botón de audacia meditaba
y me vuelvo un hombre rico.
Y ella proseguía:
''Había que reforzar el papel de la vanguardia".
No me pude contener
y la estreché a mi cuerpo, con la boca de cada poro mío
buscando otros iguales en su carne.


-- Fragmento de un poema de Enrique González Rojo (Ciudad de México, 1928). En su página web hay varios textos suyos para descargar (desafortunadamente no se puede encontrar completo en Internet el de la presente nota).

27 noviembre 2006

FRATRES MINORES

Con mentes que aún flotan sobre sus testículos,
ciertos poetas, tanto aquí como en Francia,
aún suspiran sobre el hecho establecido y natural
que hace ya tiempo Ovidio trató por entero.
Aúllan. Se quejan con métrica delicada y exhausta
de que la contracción de tres nervios en el abdomen
sea incapaz de producir un Nirvana que dure.

Ezra Pound (Hailey, Idaho, EEUU 1885 - Venecia 1972), Personae (1909).
Traducción de Muñárriz y Talens.

25 noviembre 2006

30

La "Marcha sobre Madrid"

Cierre de fronteras

La agencia "Cook" había anunciado en todos los países un viaje económico en grupos para presenciar la llegada de Dios, y diariamente atravesaban las fronteras millares y millares de extranjeros, que afluían en interminables caravanas hacia Madrid. Pronto la capital de España pasó de dos millones de habitantes y amenazó con llegar a tres.
El Gobierno, resuelto por fin a actuar como tal en aquel asunto, cerró las fronteras el 17 de abril. Ya era tiempo. En tal momento el número de los inmigrados excedía los nueve millones.
Pero si las fronteras podían cerrarse al paso de los extranjeros, era imposible impedirles el tránsito por vía férrea y por carretera a los naturales del país. Y no había que olvidar que cada ciudadano español tenía pensado en su fuero interno:
-Yo no me pierdo la llegada de Dios. El día 10 de mayo me amanece a mí en el Cerro de los Ángeles o dejo de llamarme Eleuterio*.


* Esto lo decían los que se llamaban Eleuterio, claro. Los demás decían otras cosas parecidas.


La tournée de Dios (1932), Enrique Jardiel Poncela (Madrid 1901-1952).

22 noviembre 2006

Navigare necesse est, vivere non necesse

(Pompeyo)

Os argonautas

O barco

Meu coração não agüenta

Tanta tormenta, alegria

Meu coração não contenta

O dia

O marco

Meu coração

O porto

Não

Navegar é preciso

Viver

Não é preciso

O barco

Noite no teu tão bonito

Sorriso solto, perdido

Horizonte e madrugada

O riso

O arco

Da madrugada

O porto

Nada

Navegar é preciso

Viver

Não é preciso

O barco

O automóvel brilhante

O trilho solto, barulho

Do meu dente em tua veia

O sangue

O charco

Barulho lento

O porto

Silêncio

Navegar é preciso

Viver

Não é preciso

_____________

Los argonautas

El barco. Mi corazón no aguanta tanta tormenta, tanta alegría. Mi corazón no se contenta. El día, el límite. Mi corazón. El puerto. No. Navegar es necesario, vivir no es necesario. El barco. La noche en tu sonrisa tan hermosa, solitaria, perdida, perdida madrugada y horizonte. La risa, el arco de la madrugada. El puerto, nada. El barco: el automóvil brillante. El camino abandonado, ruido de mi diente en tu vena. La sangre, el charco. Ruido lento. El puerto. Silencio. Navegar es necesario; vivir, vivir no es necesario.


Os argonautas, de Caetano Veloso (Santo Amaro de Purificação, Bahía, Brasil, 1942)

[Mi traducción]

21 noviembre 2006

Antes de todo me vais a perdonar.
Quizás sea la soledad impuesta por las multinacionales que hacen que me encuentre a miles de kilómetros de mi amor, quizás sea el exceso de trabajo o la presión, quizás sea que estoy poco acostumbrado a vivir solo, pero la verdad es que me encantaría ahora ser aire y volar veloz hasta Alemania.

Un beso a Paco si lee esto

y para que todos reflexionemos un poco sobre el aire que llevamos en nuestros pulmones y que nos sirve para gritar, cantar o hablar; el aire que somos con nuestro oxígeno y nitrógeno; y el aire que nos gustaría ser...


Una noche de resaca
al tratar de despertar
noté que por el ombligo

me empezaba a desinflar.

que mi cuerpo se arrugaba
como un papel vegetal
e iba pasando qué curioso
al estado gaseoso.


Y tras la metamorfosis
me sentí mucho mejor
era un aire gris oscuro
y con bastante polución

se notaba en cualquier caso
que era aire de ciudad
que si bien no es el más sano
lo prefiere el ser humano.

Aire
soñé por un momento que era aire
oxígeno, nitrógeno y argón
sin forma definida ni color
fui aire volador

Como yo soy muy consciente
hasta en esta situación
decidí ser consecuente
con mi nueva dimensión

y probé a ser respirado
por la que duerme a mi lado
sin entrar en pormenores
yo sé hacer cosas mejores

Como no me satisfizo
la experiencia sexual
se me inflaron los vapores
me convertí en huracán

di unas tres o cuatro vueltas
y a la quinta me cansé
este cuarto es muy pequeño
para las cosas que sueño

Aire

Y lo siento por mi novia
y el cristal que me cargué
me escapé por la ventana
y en picado me lancé

pero tuve mala suerte
y cuando iba a remontar
me volví otra vez humano
no faltéis al funeral.


Aire, de José Mª Cano (Madrid, 1959)

20 noviembre 2006

15.

Sí, te odio. Sí, te perdono.
El amor es un torrente continuo.
Como sé que no vas a ser capaz de ir solo a la muestra de Riltse (ya estoy oyéndote: demasiados "recuerdos" -las comillas son tuyas-), el jueves a las siete voy a estar en la puerta del museo.
Soy la chica baja y ojerosa del impermeable amarillo (si llueve), o la que acaba de bajarse sin aliento de su bicicleta verde (si el tiempo está bueno).
No podés equivocarte.
Odio tener que decirlo, pero es tu última oportunidad.


El Pasado, Alan Pauls (Colegiales, Buenos Aires, 1959)

19 noviembre 2006

Un hombre, que no podía casar a una hija muy fea, visitó al rabino Shimmel de Cracovia.
-Tengo una gran pena en el corazón -le dijo al Rev- porque Dios me ha dado una hija fea.
-¿Cuán fea? -preguntó el rabino.
-Si la tumbara en un plato al lado de un arenque, usted no podría distiguir quién es quién.
El rabino de Cracovia pensó un largo rato y por último preguntó:
-¿Qué clase de arenque?
El hombre, sorprendido por la pregunta, pensó rápidamente y contestó:
-Eh... un arenque de Bismark.
-¡Qué lástima! -exclamó el rabino-. Si fuera del Báltico tendría más posibilidades.

He aquí un cuento que ilustra la tragedia de las cualidades transitorias de la belleza. ¿Se parece realmente esta muchacha a un arenque? ¿Por qué no? ¿Habéis visto algunas de esas cosas que caminan por ahí estos días, sobre todo en lugares de veraneo? Y aun cuando así sea, ¿acaso todas las criaturas no son hermosas a los ojos de Dios? Quizá, pero, si una muchacha parece estar más a sus anchas en un frasco con salsa de vinagre que en un traje de noche, entonces sí tiene graves problemas. Por una extraña casualidad, se decía que la mujer del rabino se parecía a un calamar, pero sólo de frente, aunque su tos carrasposa suplía con creces este defecto -algo que no alcanzaré jamás a comprender.

Cómo acabar de una vez por todas con la cultura (1966), de Woody Allen (Nueva York, 1935).

18 noviembre 2006

LA TEORÍA DEL EXPULSADO

(a) De la parte de NáN
Es una responsabilidad indebida y guarra de la vida que precisamente ahora el azar me hiciera abrir La geometría del amor, de John Cheever, con las dedicatorias del 2002 de "l" y "R", que ya no están juntos porque se dieron un atracón de presente, el más impresentable de los tiempos, condenándose a un futuro imperfecto porque, viéndose siempre sin estar, no podrán ver realmente a otros ¿Quién dice que todo tiene arreglo? ¡Cuidado con lo que hacéis! Prologado brillantemente por Rodrigo Fresán. Y todo tan cercano a este texto de RLC que me ha dado como un respingo. ¿De verdad que en conciencia estoy obligado a presentaros a Cheever, por si alguien no lo conoce? ¡Sea! Pero no os voy a querer más por ello. A cambio, espero que este "artefacto" se quede como está y donde está, aunque tenga alguna línea de más del bloggero. Para partirlo, prefiero que sea borrado. Porque además Don Gerardo pidió que dijéramos si habíamos leído algo interesante. ¿Sólo interesante? ¡Viva la LITERATURA, cabrones! (Y México, por supuesto, y México).

(b) De la parte de RLC (mayo de 1948 – agosto de 203?). Anotación perteneciente a Obres Disperses fechada, por estimación, entre 1994 y 1996.
No supe entonces (atrás) lo que ahora sé, gracias a mis amigos, de la escritura tan cercana a mí de Cheever y, como llevando una cosa a la otra, de ciertas coincidencias de carácter, como cuando hace unos 30 años, en la clase de Filosofía de segundo de la antigua Facultad de Letras de Valencia, a la que asistí ese día, más por sentarme que por otra cosa, porque llevaba 2 días sin entrar en casa alguna a dormir y mi gastada gabardina estaba chorreando, el profesor me expulsó con un "Aquí no quiero mendigos". Yo salí con la poca dignidad que pude, pues eran bancos corridos y tuvieron que levantarse varios para darme paso, me planté frente a él, extendí el brazo como Colón y le dije "Es en su cabeza donde están los harapos". Gracias a que mis ciento y pico compañeros insistieron en que no era alumno, me salvé de ser expulsado, además, de la Universidad, lo que entones me hubiera importado una mierda, pero no después.
Y ahora que en lugar de harapos tengo una casa en la que cabe buena parte de mi biblioteca, cuadros, un cilindro de los de rollo de película en el que he guardado unas cenizas robadas de la urna de mi cuñado y un grupo de entre 8 y 14 amigos que nos reunimos cada dos sábados a beber aguardiente, whisky y té y leer relatos del Realismo Sucio, uno de ellos, en la última parte en la que ya estamos bebidos, tiró para atrás y nos dio a conocer a Cheever. Malditos sean, Cheever y el amigo.

(c) De la parte de Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963 -). John Cheever, apuntes para una teoría del expulsado. Barcelona, 2002
"El mundo según Cheever, el mundo que se alza al otro lado de las puertas siempre cerradas del Paraíso, es el mundo de hombres y mujeres urbanos y suburbanos. Un mundo donde puede instalarse ¡El horror! conradiano instalado bajo la superficie aparentemente tranquila de una piscina bajo la luz de la luna. Personajes siempre en fuga --ladrones, voyeurs, alcohólicos, adictos, habitantes de la noche como una inmensa habitación vacía-- pero que de algún modo se las arreglan para mantener cierta pureza extraña y una rara forma de santidad."

(d) De la parte de John Cheever (1903-1982). Extracto de El expulsado, texto que publicó con ¡17 años!, convirtiéndose en escritor profesional, tras ser expulsado de su colegio. Y después una frase de una entrevista que aparece en la contracubierta del libro La geometría del amor, publicado en 2002 por emecé con traducción de Aníbal Leal.
"Nuestro país es el mejor país del mundo. Nadamos en prosperidad y nuestro presidente es el mejor presidente del mundo. Tenemos manzanas más grandes y mejor algodón y máquinas más veloces y hermosas. Todo esto nos convierte en el país más importante del mundo. El desempleo es un mito. La insatisfacción es una fábula. En el colegio, Estados Unidos es siempre hermoso. Es siempre la gema del océano y está muy mal que así sea. Está mal porque la gente se lo cree. Porque se vuelven indiferentes. Porque se cansan y se reproducen y votan y no saben nada. Porque el periódico está siempre de buen humor y pasa el tiempo mirando al cielo raso para no ver la suciedad del suelo. Porque todo lo que ellos saben y conocen es lo que dice el periódico siempre de buen humor.
Pero no diré más. No estoy en situación de hablar."
...
"No poseemos más conciencia que la literatura... la literatura ha sido la salvación de los condenados, ha inspirado y guiado a los amantes, vencido a la desesperación, y tal vez en este caso pueda salvar al mundo."

(e) NáN al fin y al cabo
Esto es un signo de reconocimiento entre los que lo conocían (esa frase breve en los mingitorios masculinos, "ah, ¿entonces tú también"?; las chicas, como lo hacen sentadas y en cubículos independientes, tendrán sus modos). O un regalo para los que no lo conocían. ¿De ahora que estaba pasando por aquí? ¿De despedida? ¿De encuentro? Creo haberme dado cuenta de que no somos tan libres para elegir esas cosas. Podemos elegir, eso sí, entre quedarnos, como hace la mayoría, sentados en el suelo con la cabeza entre las piernas, esperando nada. O levantarnos y ponernos a caminar: pero si al levantarnos nuestra nariz apuntaba al sur, hacia el sur caminaremos la vida entera; y si hacia el norte, pues para allá que iremos. Podemos elegir, también, la piel que nos roza algunas noches, y los susurros de algunos amigos que son los que preferimos oír en la oscuridad que nos envuelve casi siempre. Por eso la literatura importa: para dar color, sabor, tacto y sensación de aire.

(w)

17 noviembre 2006


En la encuesta que nos mandó hacer Gerarado dije que me llevaría dos libros a una isla desierta. Uno de ellos de Lucía Etxebarría para mantener el fuego y otro de John Kennedy Toole para disfrutar de él.
No querría dar una imagen intolerante y siento si algunas personas se han ofendido por ello. A través de esa metáfora quería indicar que no me gusta ese, a mi juicio, feminismo barroco y trasnochado lleno de tópicos sobre la mujer. Creo en el feminismo de la diferencia pero no me gusta el feminismo de la igualdad.

También me ha servido para retomar al magnífico Ignatius J. Reilly y sus aventura y desventura por una Nueva Orleans llena de peligros para la teología y la geometría que siempre nos dan una rica vida interior.

Espero que disfrutéis de estas primeras líneas de la novela tanto como yo.

Un abrazote.



"Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelo sin cortar y de las finas cerdas que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez. Los labios, gordos y bembones, brotaban protuberantes bajo el tupido bigote negro y se hundían en sus comisuras, en plieguecitos llenos de reproche y de restos de patatas fritas. En la sombra, bajo la visera verde de la gorra, los altaneros ojos azules y amarillos de Ignatius J. Reilly miraban a las demás personas que esperaban bajo el reloj junto a los grandes almacenes D. H. Holmes, estudiando a la multitud en busca de signos de mal gusto en el vestir. Ignatius percibió que algunos atuendos eran lo bastante nuevos y lo bastante caros como para ser considerados sin duda ofensas al buen gusto y a la decencia. La posesión de algo nuevo o caro solo reflejaba la falta de teología y geometría de una persona. Podía proyectar incluso dudas sobre el alma misma del sujeto.
Ignatius vestia, par su parte, de un modo comodo y razonable. La gorra de cazador le protegia contra los enfriamientos de cabeza. Los voluminosos pantalones de tweed eran muy duraderos y permitían una locomocion inusitadamente libre. Sus pliegues y rincones contenían pequeñas bolsas de aire rancio y cálido que a él le complacían muchísimo. La sencilla camisa de franela hacía innecesaria la chaqueta, mientras que la bufanda protegía la piel que quedaba expuesta al aire entre las orejeras y el cuello. Era un atuendo aceptable, segun todas las normas teológicas y geométricas, aunque resultaba algo abstruso, y sugería una rica vida interior."

La conjura de los necios (1980), de John Kennedy Toole (Nueva Orleans 1937-1969)

16 noviembre 2006

14 noviembre 2006

For Gerardo's benefit.

Pocos días después de invitarme a participar en este blog, Miguel y yo tuvimos un afable intercambio electrónico en el que me explicó las líneas generales de éste y me hizo un breve resumen de las personas que hasta el momento se habían registrado (ahora al parecer ya hay varios más). Naturalmente, this piqued my interest y aquí acabé.

Supongo que la mayoría de quienes escriben aquí se conocen personalmente o poseen al menos un cierto grado de familiaridad cibernética. Desafortunadamente, yo sólo conozco en persona a Miguel, y puedo hablar con un poco más de familiaridad sobre Lara (tras las extensas descripciones que me ha hecho Miguel) y Nán (Rafa), quien ha visitado mi blog y dejado constancia de ello.

Entonces, corriendo el riesgo de sacar a la luz datos que ya habían quedado claros para todos excepto para mí, propongo que contestemos un sencillo cuestionario que revele algunos datos individuales e indique ciertos rasgos de nuestras personalidades. En la secundaria le decíamos "chismógrafo" a esto.

El único cuestionario de este tipo que se me vino a la cabeza fue el de Bernard Pivot, usado famosamente por James Lipton en el programa de TV "Inside the Actor's Studio". Le he añadido algunas preguntas que espero no sean redundantes. Si les parece, contestemos en los comentarios de esta entrada haciendo un simple ejercicio de copiar y pegar.

Y quizás más adelante podamos hacer algo parecido pero con fotos. Mientras tanto, escribamos y leamos.

13 noviembre 2006

Sopa de Letras con poemas de Montale

En traducción de Mª Ángeles Cabré

Para L (de las playas) R (de la deriva) y M (de la sonrisa)

Tu edad me asusta,
te defiende y me acusa.
Desconoces el viento de la angustia
con su pesada carga, pero te sobrevuela
el favor de una musa que me encuentro
en el rostro. Quizá traduciremos
mañana algún verso de Emily
juntos.


Para (cómo no) W, hasta el tiempo en que hable alguna vez de ella conmigo

RICORDO
Sólo ella advertía los sonidos
de mi silencio. Temía
a veces que escapase el tiempo
hostil mientras charlábamos.
Después de eso he perdido la memoria
y ahora me encuentro hablando
de ella contigo, entre espirales de humo
que disimulan nuestra turbación.
Y es esto lo que noto en mí
cambiado: el sentimiento, de por sí informe,
en este hoy que es sólo de añoranza.

¿Cómo no repetirlo en italiano?:
in quest'oggi che è solo di rimpianto.

Eugene Montale (Génova 1896 - Milán 1981), Diario póstumo (1996), Ediciones de la rosa cúbica (Barcelona)

12 noviembre 2006

Éstas son las otras dos que comenté:



Píldoras azules, de Frederik Peters (Ginebra, Suiza, 1974)Nominada a la mejor obra extranjera en el Salón Internacional del cómic de Barcelona 2005. Nominado al premio Alph'Art al mejor álbum en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême 2002.


Blankets, de Craig Thompson (Traverse City, Michigan, EEUU, 1975): Premios Harvey 2004 en las modalidades de Best Cartoonist, Best Artist y Best Graphic album of Original Work. Elegido como mejor novela gráfica de 2004 por el Library Journal, YALSA (Asociación americana de bibliotecarios) y Time Magazine. Premio del público a la mejor obra extranjera en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2005.


Y después de tantos premios... pues está la opinión humilde de una. Y a mí me parecen muy buenas las dos.

11 noviembre 2006



Más cómic.
Los combates cotidianos, de Manu Larcenet (Issy-les-Moulineaux, Francia, 1969)

10 noviembre 2006


Cómic.
Desayuno por la tarde.
Andi Watson (Yorkshire, Reino Unido, 1969)

09 noviembre 2006

The Dead

[...]

A few light taps upon the pane made him turn to the window. It had begun to snow again. He watched sleepily the flakes, silver and dark, falling obliquely against the lamplight. The time had come for him to set out on his journey westward. Yes, the newspapers were right: snow was general all over Ireland. It was falling on every part of the dark central plain, on the treeless hills, falling softly upon the Bog of Allen and, farther westward, softly falling into the dark mutinous Shannon waves. It was falling, too, upon every part of the lonely churchyard on the hill where Michael Furey lay buried. It lay thickly drifted on the crooked crosses and headstones, the spears of the little gate, on the barren thorns. His soul swooned slowly as he heard the snow falling faintly through the universe and faintly falling, like the descent of their last end, upon all the living and the dead.



Los muertos

[...]

Un suave rumor le hizo volverse hacia la ventana. Había empezado a nevar de nuevo. Observó soñoliento los copos de nieve que caían oblicuamente, plateados y oscuros, hacia la farola. Había llegado el momento de emprender su viaje hacia el oeste. Sí, los diarios estaban en lo correcto: nevaba en toda Irlanda. La nieve caía sobre las oscuras llanuras centrales, sobre las colinas peladas, caía suave sobre las ciénagas de Allen y, más al oeste, suave, descendía sobre las oscuras olas rebeldes Atlántico adentro. Caía también sobre cada rincón del cementerio de la colina donde Michael Furey descansaba, bajo tierra. Se amontonaba en espesas capas sobre las cruces y lápidas vencidas, sobre los barrotes de la verja, sobre los yermos espinos. Se le desvanecía el alma lentamente, al son de la nieve que caía débil a través del universo, que débilmente descendía, como el ocaso de su final último, sobre todos, los vivos y los muertos.



Dubliners / Dublineses, de James Joyce (James Augustine Aloysius Joyce, en gaélico irlandés Séamas Seoighe, Dublín 1882 - Zúrich 1941)
[Mi traducción]
(c) Foto de Phil Pankov

08 noviembre 2006

"Teorías Físicas"

de Eduardo Casar (México, D.F., 1952)

1


La piedra es dura por lo que dura, no por lo más apretado o más flojo de sus tejidos moleculares. Por otra parte, es frágil, ya que puede romper una cabeza y lo que puede romper, por corresponsabilidad, puede ser roto, porque causa y efecto se confunden y el amo no sobrevive sin esclavo.


El mar es más piedra que la piedra, porque dura más.


2


Hablando del mar, a éste lo que lo ablanda y lo retuerce no es la atracción lunar (que ni se sabe) sino la sal, que sí sabe y sabe precisamente salada. Cual infinito tlaconete azul, al mar lo encrespa su propia sal, que lo hace, como dice el prefijo, querer salirse de sí mismo. Como los perros grises que se frotan las orejas contra los sillones cafés o como los bebés a los que les molestan las encías cuando les están saliendo los dientes, el mar, cuando se está saliendo de sí mismo, también se frota los bordes contra las playas. Y a esa cosa espiral y espumosa se le llama el oleaje.


3


El fuego quema porque es una prisa anaranjada, contenida y de superficie muy pero muy pareja, sin porosidades, aunque tiende a manifestarse en picos. Hay fuegos, o partes de fuegos de otros colores, pero son menos calientes, lo cual es difícil de probar porque si pocos se atreven a poner la mano en el fuego por un amigo, cuántos menos lo harán por comprobar teorías. Hacen bien.


El fuego quema más las cosas separadas que las juntas, más una canasta que un bloque de mármol. Para quemar un bloque de mármol se necesita paciencia y, siendo el fuego una prisa anaranjada, no tiene paciencia y mejor se va y no lo quema.


4


Las piedras no son otra cosa, algo distinto de nosotros; no son de otro reino, como dirían los nobles. Son como nosotros, sólo que han aprendido a meditar. Meditar es concentrarse en distraerse. Su mente está completamente en blanco. Y es por eso que duran más. Son más sabias.


Nosotros pasaremos. Y pasarán los hijos de nuestras hijas y las piedras permanecerán, tal vez, acaso, un poco más pulidas por afuera. Si a una piedra, de pronto, se le cuela un pensamiento, algo se desmorona en su compacto interior oscuro. Una milésima de sílice se le vuelve carbono. Algo que parecía imposible -quebrar un punto- le sucede. Un gesto microscópico, un insólito mohín de flexibilidad: la perdición. Porque ha entrado el tiempo desde el durísimo interior del cráneo.


5


Originalmente los focos eran planos, como son ahora los espejos. Lo que pasa es que de tanto estar colgados de los techos, por su propio peso se van como quien dice liquidando, por lo que adquieren forma de gota. Claro que los de las lámparas de pie o los de algunas de escritorio tampoco se han quedado planos, pero en este caso no es el peso sino la presión de la electricidad que viene de los cables la que les da esa forma, parecida a la de las últimas burbujas que salen de la boca o la nariz de los muertos que quedan bocarriba.


Y ya que lo hemos mencionado al principio, hay que aclarar que los espejos originales eran cóncavos: la gente entraba en ellos para verse y en realidad se veía, pero era porque, por ser tan estrecha la forma semicircular del espejo, la gente se topaba de frente consigo misma, no con su reflejo. Obviamente que el desgaste producido por tanta gente metiéndose fue erosionando la forma de los espejos hasta hacerlos planos y, como la misma erosión les iba puliendo la superficie, la gente se seguía viendo pero ahora sí era un reflejo lo que veía. Esto último lo demuestra el hecho de que uno se rasura y en el espejo queda lisito, pero si se toca la propia cara pica más que si se la toca a su reflejo.

07 noviembre 2006

Arena hasta donde se pierde la vista, entre las últimas colinas y el mar -el mar- en el aire frío de una tarde a punto de acabar y bendecida por el viento que sopla siempre del norte.

La playa. Y el mar.

Podría ser la perfección -imagen para ojos divinos-, un mundo que acaece y basta, el mudo existir de agua y tierra, obra acabada y exacta, verdad -verdad-, pero una vez más es la redentora semilla del hombre la que atasca el mecanismo de ese paraíso, una bagatela la que basta por sí sola para suspender todo el enorme despliegue de inexorable verdad, una nadería, pero clavada en la arena, imperceptible desgarrón en la superficie de ese santo icono, minúscula excepción depositada sobre la perfección de la playa infinita. Viéndolo de lejos, no sería más que un punto negro: en la nada, la nada de un hombre y de un caballete.

Primeras líneas de Océano mar (1993) de Alessandro Baricco (Turín, Italia, 1958)

06 noviembre 2006

Algunos días a finales de agosto son en casa como éste, el aire fino y anhelante como éste, habiendo en él algo triste y nostálgico y familiar. El hombre la suma de experiencias climáticas, dijo Padre. El hombre la suma de lo que te dé la gana. Un problema de propiedades impuras tediosamente arrastrado hacia una inmutable nada: jaquemate de polvo y deseo. Pero ahora sé que estoy muerta te lo aseguro

El ruido y la furia, William Faulkner (New Albany, Misisipí, EEUU 1897 - 1962)
Traducción de Ana Antón-Pacheco
AMISTAD A LO LARGO
Pasan lentos los días // y muchas veces estuvimos solos. //Pero luego hay momentos felices // para dejarse ser en amistad.
Mirad: // somos nosotros.
Un destino condujo diestramente // las horas, y brotó la compañía. // Llegaban noches. Al amor de ellas // nosotros encendíamos palabras, // las palabras que luego abandonamos // para subir a más: // empezamos a ser los compañeros // que se conocen // por encima de la voz o de la seña. // Ahora sí. Pueden alzarse // las gentiles palabras // -ésas que ya no dicen cosas-, // flotar ligeramente sobre el aire; // porque estamos nosotros enzarzados // en mundo, sarmentosos // de historia acumulada, // y está la compañía que formamos plena, // frondosa de presencias. // Detrás de cada uno // vela su casa, el campo, la distancia.

Pero callad.

Quiero deciros algo. // Sólo quiero deciros que estamos todos juntos. // A veces, al hablar, alguno olvida // su brazo sobre el mío, // y yo aunque esté callado doy las gracias, // porque hay paz en los cuerpos y en nosotros. // Quiero deciros cómo trajimos // nuestras vidas aquí, para contarlas. // Largamente, los unos con los otros // en el rincón hablamos, tantos meses! // que nos sabemos bien, y en el recuerdo // el júbilo es igual a la tristeza. // Para nosotros el dolor es tierno. // // Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
Jaime Gil de Biedma (Barcelona 1929 - íd. 1990)

05 noviembre 2006



De manos de Le Corbusier, y su famoso "Poema del Ángulo Recto", verdadero manual de intenciones de su arquitectura. Os pongo imágenes de su libro manuscrito, y su poema "F.3 Ofrenda ( La Mano Abierta )". Poeta de lo material :

"Está abierta porque
todo está presente disponible
asible
Abierta para recibir
Abierta también para que cualquiera
venga ahí a cogerla
Las aguas fluyen
el sol ilumina
las complejidades han tejido
su trama
los fluidos están por todas partes.
Las herramientas en la mano
Las caricias de la mano
La vida que se degusta por
la petrificación de las manos
La vista que está en la palpación
----------------------------
A manos llenas he recibido
A mano llenas doy"



Le Corbusier (seudónimo adaptado del apellido de su abuela, Lecorbésier), nacido Charles Édouard Jeanneret-Gris (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887 - 1965).

02 noviembre 2006

EL PAÑUELO

Por la mañana
doblado con sus flores silvestres
lavado y planchado
apenas ocupaba espacio en el cajón

Ella lo agita en el aire
y se lo ata a la cabeza.

Por la noche se lo quita
y lo deja caer
sin desatar en el suelo.

En un pañuelo de algodón
entre las flores estampadas
un día laborable
ha escrito su sueño.

John Berger (Londres, 1926)
"Poemínimos"

de Efraín Huerta (Guanajuato, 1914-1982)


Desconcierto

"A mis

Viejos

Maestros

De Marxismo

No los puedo

Entender,

Unos están

En la cárcel

Otros están

En el poder"


Altura

Estoy

Exactamente

A

Un metro

Con 74 centímetros

Sobre

El

Nivel

Del mar


Revelación

Alguien

Revelaba:

Las tardes

En que

Me siento

Incapaz

De ser

Inteligente

Finjo

Que me

Aburro


Tango

Hoy

Amanecí

Dichoso

Herido

De

Muerte

Natural.


Dos

Me

Gusta

Beber

Dignamente

Acompañado

Es decir

Solo yo

Y

Mi alma.


Tótem

Siempre

Amé

Con la

Furia

Silenciosa

De un

Cocodrilo

Aletargado.


Pequeño Larousse

"Nació

En Silao.

1914.

Autor

De versos

De contenido

Social."

Embustero

Larousse.

Yo sólo

Escribo

Versos

De contenido

Sexual.


Ay poeta

Primero

Que nada

Me complace

Enormísimamente

Ser

Un buen

Poeta

De segunda

Del

Tercer

Mundo.