02 junio 2010

Los almendros en flor



A Jaime Cussac y Gema García

Han irrumpido en medio de febrero
con su fiera blancura extemporánea,
y se han apoderado de la vida.
Han puesto cerco a mi emoción,
dolientes.

La flor de los almendros es un fruto
superior al fruto.
Es un país
de mórbidas fronteras insondables.
Empujan -quién lo entiende- hacia qué adentros
de nuestro yo recóndito.
Con su deflagración de levedad
me han arruinado,
en embriaguez, el día.

Su ley de asociaciones me conduce
a aquel instante en el Van Gogh Museum,
frente a la rama en flor de los almendros.

¿De qué dan testimonio nuestras lágrimas?
¿Qué acaba de morir cuando se vierten?
¿Por quién llora, atestado, nuestro llanto?

Esta mañana viene encinta de temores,
grávida de sus hondas certidumbres.

Sólo cuando nos duele es la belleza.
La belleza es verdad sólo si duele.


* Carlos Marzal, Ánima mía, Colección dirigida por Antoni Marí, Tusquets editores: Nuevos textos sagrados, Barcelona, 2009, p. 24-25.

9 comentarios:

Lara dijo...

gran poeta este

este que parece fácil de leer a priori

y en el que hay que detenerse

como ante los almendros

Al norte de los nortes dijo...

Pues no me parece muy bueno poema, no es que esté mal escrito, en general el ritmo se desenvuelve bien con los encabalgamientos, que le van una respiración hímnica muy Claudio Rodríguez, y entre mezcla muy bien la idea: la contemplación de la belleza (redención),dolor. Pero es un topiocazo como la copa de un pino, no añade nada, ni le lenguaje es novedoso, ni la idea es original. Me pregunto que es lo que debemos exigirles a poetas como Marzal, este libro suyo no me ha convencido nada de nada,me quedo con Metales Pesados donde había algo nuevo. Un saludo,
p.d.
No soy un troll .

Gemma dijo...

Natural que a la literatura la muevan unos pocos motivos literarios recurrentes: a fin de cuentas, son pocos los asuntos que verdaderamente importan. Por lo demás, disiento por entero conntigo. La desnudez y depuración de estos poemas son la leche. De su libro Ánima mía yo destacaría, entre otras, las piezas "Si sé qué escribir, jamás escribo", toda una poética de la escritura por cierto, no importa el consabido qué sino el incierto cómo, la búsqueda a ciegas al fin y al cabo, u otras como "Sanación", o "Unos buenos zapatos son el mundo". El mismo "Joana" es formidable, capaz de ponerte la piel de gallina literalmente.

Ten por seguro que no hace falta que seas un troll para que yo disienta contigo.

Un saludo

NáN dijo...

Al norte, eres lo menos parecido a un troll. Pero podemos disentir.

También recuerdo, como Gemma, el golpe de la lectura de Joanna y el final de un poema, que tengo subrayado:

«es mi consuelo:
no habrá más desamparo ya que el mío.»

Pocos poetas he leído donde el dolor duele como una lluvia mansa y continua, pero tengan la bondad de abrite la herida y recetarte el consuelo.

NáN dijo...

Tiene razón Lara, con este poeta hay que detenerse para que la fluidez y la suavidad no te lleven al final sin haberlo visto. Me atrae ese principio como me atrae toda poesía buena sobre los objetos.

Me pone en guardia enseguida con la imagen sabia, densa y difícil:
«La flor de los almendros es un fruto
superior al fruto.»

Y lo termina cogiendo la calle principal de la poesía, a la que se refirió Gemma, la inagotable Avenida Esencial.

Es un poema entero, Gemma, el que has puesto; de un poeta que no es nuevo en estas playas y merece repetir cuantas más veces mejor. Ya estuvo el 17 de noviembre de 2009, subido por Miguel Marqués: http://lasplayasdesiberia.blogspot.com/2009_11_01_archive.html

Gemma dijo...

A mí es que me parece un poeta cierto, poco dado a la impostura del gesto amañado o fingido; poco amigo de ningún fingimiento. Y con tener eso, ya tiene -creo- lo fundamental...

Su lenguaje, además, es más abstracto que referencial, más cargado de alusiones veladas de lo que pudiera parecer en un primer momento.

Vamos, que me ocurre con él como con algunos pocos: sus poemas me seducen y conmueven en serio.

Ahora mismo me voy a leer esa entrada que recuerdas, Nano.

Gemma dijo...

Releído, reoído y vuelto a disfrutar.
Besos

Manu Espada dijo...

Pese al título (que me ha llevado a engaño al tratar el manido tema de los almendros en flor), el poema me ha gustado mucho. Es una pena que me haya condicionado con prejuicios con ese título.

Anónimo dijo...

bonito bonito bonito.