14 abril 2008

El mero hecho de masticar y tragar algo, aunque no alimente el cuerpo, nutre los sueños. Y los sueños de comida son como cualquier otro sueño: puedes vivir de ellos, mientras no te mueras.

Sam Savage: Firmin. Traducción Ramón Buenaventura. Círculo de Lectores.

8 comentarios:

NáN dijo...

Extraodinario. Como toda la novela sea así, será un trueno. "puedes vivir de ellos, mientras no te mueras" es el tipo de pensamiento que te puede llevar a cualquier parte, menos al aburrimiento.

carmen moreno dijo...

Toda la novela es extraordinaria. Es la única que escribió, después de muchísimos intentos fallidos de otras. Muy recomendable.

NáN dijo...

Da la impresión, Carmen, de que a nuestros compañeros de blog lo que les pasa es que en lugar de tener sueños están dormidos.

Anónimo dijo...

¡Gracias por despertarme! Dormida no, el caso es que ni siquiera tengo ya tiempo para soñar, siquiera para cerrar los ojos. Pero hoy, hoy... ¡hoy nadie me lo va a impedir!

Miguel Marqués dijo...

Yo veo aquí una falacia deliciosa. ¿Se puede vivir de los sueños con la condición de no morirse? ¿No es más bien al contrario? No vivir de los sueños es ya morirse.

Lara dijo...

No sé si dormidos, con poco tiempo es obvio. Este fragmento es magnífico. Palabras todas aparentemente normales y comunes, mezcladas de una forma que hace que todo sea distinto. Gracias, Carmen!

carmen moreno dijo...

Es curioso que estemos todos tan desconectados últimamente y tan conectados. Los sueños... Miguel, yo pienso como tú, pero no es fácil mantenerse. Que se lo digan a Firmin.

Єѕтnoм dijo...

El sueño (Borges)

Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora

de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?

Un saludo.