06 abril 2008

- ¿Y el final, Bufón de los Dioses? ¿Cuál será el final? - preguntó Ganesha.

- El final será como fue el principio, ¡perezoso hijo de Siva! La llama morirá en los altares y la oración en la lengua hasta que os volváis a convertir en dioses pequeños, dioses de la selva, nombres que los cazadores de ratas y los tramperos de perros susurran en la espesura y en las cuevas: dioses harapientos, diosecillos del árbol y la aldea, como fuisteis al principio. Ése es el final, Ganesha, para ti y para Bhairon... Bhairon el de las Gentes Comunes.

- Eso está muy lejos - contestó Bhairon con un gruñido -. Además es una mentira.

- Muchas mujeres han besado a Krisna. Le cuentan esto para sentir ellas alegre el corazón cuando llegan los cabellos grises, y él nos ha transmitido el relato - intervino el toro con voz baja.

- Sus dioses vinieron y nosotros los cambiamos. Yo tomé a la mujer y le di los doce brazos. Igualmente cambiaremos todos sus dioses - dijo Hanuman.

- ¡Sus dioses! No se trata de sus dioses, uno o tres, hombre o mujer. Lo que importa es la gente. Ellos se mueven, no los dioses de los constructores del puente - dijo Krisna.

- Así sea. He hecho que un hombre venerara el carruaje de fuego cuando estaba todavía quieto respirando humo, y no sabía que me estaba venerando a mí - intervino Hanuman el mono -. Ellos sólo cambiarán un poco los nombres de sus dioses. Yo conduciré a los constructores de puentes como en la antigüedad; Siva será venerado en las escuelas por los que dudan y desprecian a sus semejantes; Ganesha tendrá a sus mahajun, y Bhairon a los conductores de burros, los peregrinos y los vendedores de juguetes. Amado, no harán otra cosa que cambiar los nombres, y eso ya lo hemos visto mil veces.

- Seguramente que no harán más que cambiar los nombres - repitió Ganesha, pero entre los dioses se produjo un movimiento de inquietud.

- Cambiarán algo más que los nombres. A mí es al único que no podrán matar mientras las doncellas y los hombres se unan o la primavera siga a las lluvias del invierno. Seres Celestiales, no por nada he caminado sobre la tierra. Mis gentes no saben ahora lo que son; pero yo, que vivo con ellos, leo en sus corazones. Grandes Reyes, el principio del final ya ha nacido. Los carruajes de fuego gritan los nombres de dioses nuevos que no son los antiguos con nombres nuevos. ¡Bebed y comed ahora a lo grande! ¡Bañad vuestros rostros en el humo de los altares antes de que se enfríen! Seres Celestiales, recibid los cumplidos y escuchad los címbalos y los tambores mientras todavía haya flores y canciones. Tal como los hombres cuentan el tiempo, el final está lejos; pero tal como lo contamos nosotros, ya es hoy. He hablado.


Krisna dirigiéndose a los dioses en Los constructores del puente, de Rudyard Kipling (Bombay 1865 - Londres 1936)
[Traducción de Rafael Lassaletta]

5 comentarios:

Miguel Marqués dijo...

Joder, qué exitazo.



(El traductor no va a estar nada contento. Pero bueno, casi no se acordaba de este texto... ;)

NáN dijo...

ji, ji. jí. ¡Pobre hombre!

Miguel Marqués dijo...

Y Rudyard. A Rudyard se le van a rizar los bigotes en la tumba. :P

Anónimo dijo...

¡Evoé, siberianos!

Qué desplante, qué desazón.

Ignoraréis mi obra pero pagaréis el precio correspondiente. No me importa en qué cabaña de pescadores os escondáis. En qué acantilado de Kamchatka halléis cobijo, como cuervos apestosos a pescado.

Desde Bombay cruzaré el Himalaya, el Turkestán, el Gobi, la Mongolia Interior y Exterior, os buscaré en cada confín, en cada puertucho, en cada cala helada. Y cuando os encuentre, mi desagravio será terrible.

Os leeré El Libro de la Selva con mi voz cadavérica, una y otra vez, hasta que me supliquéis perdón. Y entonces os recitaré, relamiendo cada sílaba, El hombre que pudo reinar. Tras la náusea y el vómito vendrán mis deliciosos cuentos. Así, hasta que el sol salga por Calcuta y la gota china se evapore.

No bajéis la guardia: Rudyard vuelve del trasmundo para acecharos, literaturcillos.

[God save Steve McQueen]

Lara dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaah!!!!!!!!

(ahora estoy aterrorizada!!!!!!!!)

(con el miedo en el cuerpo uno no puede tener criterio! pero, temblando, intuyo que el texto pasado por los ojos de ese tal Lassa es muy bueno! Oh! Pero hace tanto frío aquí, en estas playas desoladas! Al menos quedan fantasmas que vienen a visitarnos...)

(God Save Robert Rodriguez)