31 enero 2007

He descubierto que la mayor parte de las bellezas del viaje

nacen de las extrañas horas que guardamos para verlas.

William Carlos Williams, January Morning


Las extrañas horas que guarda el viajero

Los mercados nunca descansan,

siempre guardan un punto de agitación.

Tripas de cerdo, titanio, trigo de invierno.

Éter electromagnético sazonado de fotones.

Tesoros escupidos por computadores Unisys A-15J

a través del firmamento,

quedamente entre cúmulos tormentosos

y aviones de pasajeros

mientras éstos viajan a través de la noche

sobre océanos y estepas.


Nebulosas, la rana desova información incandescente

que tiembla en la pinza de Escorpio

por un instante y se dispara

como enorme humo de estorninos

o estrellas nuevas.


Las barcazas de escombros se deslizan lentas estuario abajo.

Las luces del aeropuerto pulsan en la oscuridad de la mañana.

Camiones de comida, propano, corazones torturados.

La epistemóloga, reticente, aparca,

se baja, mira el bordillo, aparca de nuevo.

Trueno de reactores,

peristalsis de grandes capitales.


Qué guapa con su bufanda a cuadros

y fruncido el ceño.

La Ambigüedad y la Razón

encerradas en un tango calmo y feroz,

y si no, por qué no.




August Kleinzahler
(Jersey City, EEUU, 1949), The strange hours travelers keep, del libro del mismo nombre (2004).

[Mi traducción, para Adb]

4 comentarios:

Lara dijo...

¿Eso estaba ahí, desde que siempre estuvo, y yo no lo sabía?

¿Eso decía?

¿No eran signos mayas, artilugios?

Gracias.

Anónimo dijo...

Estás dando a conocer poetas para que podamos decír ah si, Kleinzahler, leí un poema que es como todos los grandes poemas jóvenes americanos de los últimos tiempos (el poeta es, aunque por poco, más joven que yo). Se les lee casi como se mira un abstracto. Línea a trazo y sin necesidad de relacionar. Aunque le relación está ahí y es la apuesta, pero de un modo ... sugerido, ¿no?

O sea, no entenderás cuál es la pinza de escorpio, como tampoco lo de los signos mayas de Lara, a no ser que August (no Kleinzahler, sino August) o Lara (no Lara, sino Lara) nos lo expliquen.

¿Y quién explica quién es Adb?

Pero tampo es necesario ir más allá de esas pepitas que August y Lara (ahora me refiero a la segunda) dejan caer en los ríos, por si acaso un día nos da por ir a buscarlas con un cedazo.

En fin, que viene al pelo que la personaje sea una epistemóloga y sería ya para despepitarse que además sea ella la de la bufanda a cuadros que frunce el ceño.

¿Estás seguro que la luz del aeropuerto pulsa en lugar de latir?

Gracias te doy yo también, de lo que me ha gustado, y te regalo el primer verso del poema del metro de la mañana.

Podrás llegar a viejo
pero no como joven.

(no tardes tanto en volver)

Miguel Marqués dijo...

De nuevo, la versión original (cuando aprenda a poner tablas, irán en la entrada original):

THE STRANGE HOURS TRAVELERs KEEP

The markets never rest
Always they are somewhere in agitation
Pork bellies, titanium, winter wheat
Electromagnetic ether peppered with photo
Treasure spewing from Unisys A-15J mainframe
Across the firmament
Soundlessly among the thunderheads and passenger jets
As they make their nightlong journeys
Across the oceans and steppes

Nebulae, incandescent frog spawn of information
Trembling in the claw of Scorpio Not an instant, then shooting away Like an enormous cloud of starlings

Garbage scows move slowly down the estuary
The lights of the airport pulse in morning darkness
Food trucks, propane, tortured hearts
The reticent epistemologist parks Gets out, checks the curb, reparks Thunder of jets
Peristalsis of great capitals

How pretty in her tartan scarf
Her ruminative frown
Ambiguity and Reason
Locked in a slow, ferocious tango Of if not, why not

En un rato, más cosas.

Miguel Marqués dijo...

Por cierto, que el tal Kleinzahler es un new-englander residente en San Francisco, que llegó a mis manos un final de septiembre, el día de un concierto de Ben Harper.

"No está traducido en España", me dijeron. Nunca lo comprobé y no me interesa saberlo. Me parece culto y llano a la vez, sensible, probablemente sea el típico americano de Nueva York que bebe Zinfandel y pasa medio año al año en Europa. Me gusta y alguna dice que me va, me va, me va, meee vaaaa.

Ganó un premio internacional de poesía, el Griffin, que se concede en Canadá a poetas en inglés de todo el mundo.