19 febrero 2007

La Ciudad.

Dices «Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo mis ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí».
No hallarás otra tierra ni otra mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad siempre es la misma. Otra no busques
-no hay-,
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la Tierra.

[Traducción de José Mª Álvarez]




Ítaca.

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A lestrigones y a cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A lestrigones y a cíclopes,
Ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
Si no los llevas dentro de tu alma,
Si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en lo emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Más no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

[Traducción de Pedro Bádenas de la Peña]


Que el dios abandonaba a Antonio.


A medianoche, cuando oigas de repente
una invisible procesión que pasa
acompañada de exquisitas músicas y voces
no lamentes -en vano- las suerte que pierdes:
tus trabajos perdidos, tus planes
que terminaron en deseos.
Como quien lo esperaba, con valor.
di adiós a Alejandría, que se aleja.
No te engañes, no digas que es un sueño.
que tu oído se equivoca.
No te engañes en vanas esperanzas.
Como quien lo esperaba, con valor,
como corresponde a alguien que merecía
una ciudad como ésta,
con paso firme acércate a la ventana
y escucha, con profunda emoción,
sin lamentos, sin súplicas cobardes,
como un último placer, los sonidos,
los maravillosos instrumentos, de esta secreta procesión,
y di adiós a Alejandría que así pierdes.

[Traducción de Harold Alvarado Tenorio]


Konstantínos Kaváfis (Alejandría 1863 - 1933)

12 comentarios:

Lara dijo...

Publicación simultánea de Kavafis y Nabocov.

Leí esa cita una vez en un poema de Luis García Montero, así más o menos decía, "la ciudad irá contigo donde vayas", yo hacía poco que había llegado a Madrid, y ya mi vida se había desmenuzado por completo, y allí sentada, con la espalda lo más recta posible, en la plaza de Santa Ana, escribí aplicadamente en mi cuaderno cientos de veces esa frase, como castigo escolar por la fuerza del asfalto.

Me gusta el vídeo, también.

Anónimo dijo...

Con los versos de Kavafis en el corazón, los de Nazim Himet en la cabeza y una cara de idiotas de aquí te espero, creíamos que nos íbamos a comer el mundo y nos fuimos dejando "La mejor juventud" por el camino.

Se nos pasó por alto el pequeño detalle de que nuestro pútrido interior estaba lleno de lestrigones, de cíclopes y de poseidones de mierda.

Y sin embargo; y sin embargo... he aprendido a acunar a Telémaco en su vejez.

Gracias por traerlo a estas playas. Por el recuerdo. Por el futuro.

Miguel Marqués dijo...

El otro día me decía Olka que los poemas de Kaváfis la habían desolado.
Que no quería buscar en su vida oscuras ruinas de nada, que la mera idea la entristecía.

También Nano afirmaba la pesadumbre de las líneas y cómo le partieron la madre y llantina en llegando a según qué sitios con la bandera en alto y Kaváfis a voces.

Yo veía en Kaváfis a un salvador, un Buda mediterráneo. Creo que no hay que dejarse atrapar por la estética grunge de los versos: el palacio del poema va por dentro, como el palacio de las personas. Llevamos la ciudad dentro (sea ésta de ruina o una Babel inventada), la llevamos con nosotros. Los cíclopes que nos encontramos al bajar la basura los ponemos nosotros ahí, parece.

Los dos primeros son bastante conocidos, el tercero habla (así en una primera lectura) de Marco Antonio, de cuya muerte se dijo que vendría anunciada de un enorme tumulto en las calles.

Aquí cuentan algunas cosillas interesantes:
http://www.enfocarte.com/3.21/poesia6.html

El videopoema, por su lado, está hecho a partir de una traducción diferente del poema y se emitió, creo, en "Entrelibros", un programa literario de la televisión colombiana.

NáN dijo...

F, por ejemplo, solía colgar una copia de Ítaca en donde dormía. Y ya sabéis que F terminó.

Era una sensación que no procedía de la vivencia real de Kavafis, sino de un espíritu algo hipioso entre quienes abominábamos de lo hippy.

El mundo se abría. Salíamos al mundo. Y el mundo nos partía la madre.

Pero no renuncié a la riqueza de las experiencias del camino; para nosotros era el centro del poema: la riqueza de las experiencias y que el camino era el objetivo. Claro que me cogieron por el pescuezo y me sacaron del cesto.

En cambio, el de la Ciudad era la compensación perfecta: vé, pero no esperes de allí lo que tú no lleves.

Vuelvo a ofrecer una visión colectiva de las 4 horas de la Mejor Juventud. (o la risa y el fracaso). Una tardinoche de primavera, perdiéndonos después en Malasaña. O donde sea.

Lara dijo...

Me habló Rob sobre el visionado. Ya sabes que está todo un poco aparatoso uno aquí otro allá ahora Rob en Valencia y tal, pero queda en la cabeza, lo intentamos armar.

Anónimo dijo...

"En cambio, el de la Ciudad era la compensación perfecta: vé, pero no esperes de allí lo que tú no lleves. "- de ahí mi desesperación, porque ahí es donde está el problema- yo voy, pero no encuentro nada, y viene este tío(poema) y me dice que es porque no llevo nada dentro, y me paro a pensar, y saco conclusiones que no me hacen ninguna gracia. es como una bofetada "despierta!" seguida de la siniestra risa de un demiurgo igualmente siniestro. aún así me gusta, proporciona emociones, aunque negativas, y eso ya es algo, no? dzieki michale!

Lara dijo...

Tú estás tan revolucionado con tus revoluciones mentales que igual da que estés en el desierto o en Tokio.

Pero... ¿no decías por ahí que a ti la poesía...? Y ¡¿has sentido algo?! Bienvenido, Okr, y suerte, porque hace falta.

¡besosososos!

NáN dijo...

¡¿que no llevas nada dentro?!

Espera, que me da un ataque de risa y tengo al joven "l" haciéndome la cena (¡qué raro, acepto cenar y a estas horas, debe ser el zen!) y se me va a quitar el hambre.

Pocas veces he visto una nostalgia como la tuya. Así que llevas capacidad literaria que antes o después te amargará la vida. También llevas mucha historia manga, conocimientos "cafetales". ¡un arsenal de cosas!

Pero claro, si crees que esto de llevar algo dentro para la poesía va de tener unas gafas de culo de botella porque uno se pasa el día leyendo y no ve tres en un burro, pierde el pelo y se le ponen los pies como pata de elefante, pues no. No es así.

Yo dentro llevo asquerosidades de las que se miran con microscopio, huesos, vaya usted a saber qué más, que esos días falté a clase, y 70 centímetros de arterias de goretex, esa fibra tan chuli para hacer forros polares de los buenos.

Ah, y llevas la capacidad de que un poema te cabree. ¡Fantástico!

Bueno, "l" hasta me ha traído la bandeja a la sala. Que ustedes lo pasen bien.

Anónimo dijo...

por qué le da a todo el mundo por el zen? no es zen, es reloj biológico, la gente haría bien en hacerle caso a él en lugar de preocuparse por esas burdas imitaciones de pulsera. como haces tú, bien por nán!
yo es que me lo he tomado de una forma más literal, como una búsqueda de un hueco en este mundo, donde uno pueda amodorrarse en paz consigo mismo, donde diga "es aquí donde pertenezco, donde echaré raíces", una búsqueda en la que yo fracaso una y otra vez.
y en cuanto a la capacidad literaria y demás visceras- puede que tengas razón, pero ella sola nada puede y yo me veo incapaz de ayudarla. en fin, que aproveche- voy a cenar yo también que me ha entrado hambre. dobranoc =)

Anónimo dijo...

y no es que me sienta vacía, solo un poco perdida y muy desarraigada (ese tema ya lo toqué un par de veces en mis conversaciones internautas con mig), eso es todo

Anónimo dijo...

en mí lo del zen es un viejísimo vicio, lo que pasa es que lo empecé por la puerta de atrás. Como alguien que, un poco bebido, es contratado para limpiar un salón donde se va a celebrar un acto universitario; roba un libro; lo lee; se interesa y, muchos años después, acaba yendo a esa universidad como estudiante.

Pero solo practico la meditación. No voy nunca a las sesiones donde se habla y se cuenta toda esa serie de historias tan bonitas. Llego, medito y me voy (a ser posible, a tomarme un johnny walker).

Con respecto a lo de tu búsqueda de ese hueco en este mundo, dos sugerencias: 1) Consigue "La escala de los mapas", de Belén Gopegui, para que veas la historia del pobre Prim y su búsqueda del hueco, sin entregarse por ello a la maravillosa Brezo. 2) Busca en las Playas la muy antigua entrada de Lara sobre la definición de "huelgo". ¡¡Es muy importante cuidar de no crear un huelgo cuando se busca un hueco!!

Y con respecto a lo demás, ¿cenaste bien? ¿vamos a tener que comprarnos un diccionario de polaco español para entender tus despedidas?

¡Diviértete y pasa un poco del arraigo!

Gerardo dijo...

Picha, diste en el clavo, ésos son mis tres poemas favoritos de Kavafis. Un abrazo!