12 mayo 2008

Antoni Casas Ros, El teorema de Almodóvar

Mi vida está en suspensión y, cuando me paro a pensarlo, tanto me dar tener una cara nueva que vivir en una cabaña a orillas del océano. Lo único que me produce un escalofrío continuo es la escritura. El sexo es poderoso, aporta la invasión, el olvido, las sensaciones extremas, el silencio por fin recobrado. Creo que no podría prescindir de él. Lisa se acerca, se dirige al borde de la terraza; con expresión soñadora, vuelve hacia mí.
-Bueno, ¿qué dice?
-Su grandeza es su silencio.
-Me voy a casa, me tocas las pelotas.
He dejado que Lisa se marche sin decir una palabra. Tiene razón, soy insoportable. Me ofrece su vida y yo soy pura duda. Aunque ni siquiera sé si he llegado a ese punnto. No, creo que todavía no he llegado al punto de dudar. Me hallo en otra fase, una esfera paralela en la que resulta difícil encontrarme. La propia Lisa sólo puede hacer incursiones en ese territorio sin forma que es el mí.
La mente se habitúa a la forma, hasta el punto de que ni siquiera es capaz de imaginar el vacío. Mi mente se siente a sus anchas en el vacío. Ahí es donde se relaja, donde se abandona, donde goza de los sin forma. Así que ¿para qué entrar en el juego? ¿Qué necesidad hay de los demás? Si puedo escribir mi vida, ¿no es ése un principio único? No estoy acostumbrado a recibir a gente. Es lo que me gusta de mi madre, que sabe que no necesita estar presente físicamente. Tres encuentros al año me son más que suficientes. Esos reencuentros son los que nos unen.

El teorema de Almodóvar (título original Le théorème d'Almodóvar), Antoni Casas Ros, ed. Seix Barral, 2008.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

En Sindrogámico hay un poquito más.

NáN dijo...

Yo no me preocuparía por quién es o no es.
Un texto es un texto que se tiene que defender solo. Es lógico que si nos gusta un texto de un autor, queramos leer otros... hasta un cierto punto. Pero el primero que leemos de un autor, es un texto de un desconocido.

Últimamente siento una atracción fatal por lo minimal y el realismo concentrado, y este extracto no parece que me diga que el libro va por ahí.

¿Está escrito para "impresionar"? Sería un mal asunto. Pero Maga lo recomienda. así que por fuerza tengo que equivocarme en mis "prejuicios".

Lo mejor de este blog colectivo es la apertura (que nos saque de nuestras casillas). Si lo salvamos, estamos salvados. Como se va viendo.

Anónimo dijo...

¿Por qué sería un mal asunto escribir para impresionar? No creo que sea ese el objetivo del autor (estoy segura de que no), pero creo que escribir cosas impresionantes, para impresionar, es lícito, ¿no te parece? ¿A tí no te gusta impresionar? Si se hace bien, escribir, ¿qué más da los motivos? Como dices, el texto se tiene que defender solo.

NáN dijo...

Ah, Magapola, es cosa mía temporal (el ayuno de Minimal al que me he sometido).

Bueno, también hay algo general. Escribir cosas que impresionen es magnífico, hacerlo para impresionar sitúa al autor en una búsqueda metaliteraria (que no está mal, pero suele interesarme menos).

Hay unos matices difíciles de explicar si no nos los vamos extirpando unos a otros a tirones.

Reb dijo...

...

Víctor González dijo...

La acción de la inacción,
el batir continuo de una ola,
la noche que regresa cada noche.

Es el extrangero matando al argelino.

Saludos.