(Carta 227)
Penal de Ocaña, 27 de febrero de 1941
Mi querida esposa: Magdalenas, pan de higo, carta y fotografía están conmigo, lo que puedes estar, que lo demás se ha ido por donde se habría de ir. Las magdalenas, superiores, y los roscos, me recuerdan a aquel pan que hacías cuando nos juntábamos en la otra casa. La fotografía, aunque es mala, no la rompo. Con ella me hago idea de cómo estáis mi hijo y tú. Se ve muy bien que Manolillo está fuerte y hermoso y alto. Tiene una cabeza muy bonita, redonda, con tus ojos y tu boca, y tus orejas, y sigue pareciéndose menos en la forma de la cara, que es mía. Me gusta, me alegra verte así, veo que le cuidas y, en cambio, tú te descuidas por completo. A ti te encuentro bastante cambiada, Josefina. Se te ha ido aquella expresión de chiquilla que tenías y se nota en todos tus rasgos un gesto de mujer madura. Estos años últimos te han hecho mujer a fuerza de combatirte. Además, estás más delgada. Hay que reponerse, hija. Supongo ya no podrás llevar en brazos a ese cachalote de niño, que pesará ya más de 15 kilos. Y si no te repones llegará pronto el día en el que haya él de llevarte a ti, si yo no voy antes. Nena, no creo marche tu negocio de harinas tan bien que permita enviar con frecuencia paquetes como los dos que me has enviado. Faltan hacen, pero más a ti que a mí. Si Vergara te hubiera enviado el dinero, menos mal. Pero con tan poca cosa como son 25 duros y lo que tú ganas, que no será mucho, no debes enviarme nada. Y mira, nena, que te lo digo con todo el dolor de mi cucharón, porque las magdalenas me han gustado, pero los roscos más. Además, las magdalenas son artículo de lujo para estos tiempos y el estómago, cuando se le da un bocado fino, protesta, sobre todo cuando está acostumbrado a la zanahoria y la berza cocidas. Cuando recibas otra vez dinero de Madrid, me harás otra vez roscos, pero pruébalos y manda uno a medio comer por mi niño y por ti. Y me gustará más que los otros. Sabrás he escrito a Vicente y también le digo que la solicitud está en el Consejo Superior de Justicia Militar. Ya te he dicho que los juguetes los llevará la tía. De salir no hablemos por ahora. Tengo esperanzas, las de todos y algunas más, pero nada concreto. Ya te diré cuando sepa algo, Josefina. De diversiones anda esto mal. Los libros son la única diversión posible. Y los libros me aburren a ratos. No espero divertirme más que cuando estemos mi hijo, tú y yo juntos. Me distraigo fumando cuando tengo tabaco y paseando por el patio con los compañeros cuando hace buen tiempo, que no lo hace nunca. El pelo, que me ha crecido un poco, voy a seguir dejándole crecer hasta ver si vienes esta primavera. Si no, ya sabes: al rape otra vez. Hasta que no agote todas las posibilidades que encuentre para que vengas a Madrid, no me doy por vencido, Josefina. Os abraza y quiere FernandoJosefina Manolillo, JosefinaMiguel y MIGUEL.
Última carta de Miguel Hernández desde el Reformatorio de adultos de Alicante (sin fecha)
12 comentarios:
Después de unas semanas de inmersión total, he querido sacar estas cartas aquí. Tras leer las cartas de Miguel Hernández, tuve un momento raro, pensé, era un pedigüeño, algo soberbio,... blibla, influida también por la biografía de Eutimio Martín (El oficio de poeta, Aguilar). Luego alguien me ayudó a comprender que el poeta se tomaba la palabra como oficio y los entia así. De ahí la demanda. Yo tampoco trabajo gratis, sea jardinera u oficinista.
Estas cartas, distintas a su poesía, dejan ver al hombre detrás, lo humano y lo más humano. Tiene algunas preciosas, otras muy duras, como fueron aquellas de la cárcel.
Lo discutimos el otro día en otra cueva, lo de separar a la persona de la obra pero,creo, en el caso de Miguel Hernández es practicamente imposible, a no ser que uno unicamente lea poesía desde el aspecto filológico. Que no es mi caso.
Aroa, me voy a soltar un rollo porque tal como lo dices parece que lo discutimos y estuvimos de acuerdo.
Lo discutimos, pero yo no estoy de acuerdo. Toda obra viene del exterior y a él remite. Incluso en los supuestos análisis textuales, se requieren notas al pie para explicar lo que significa esto o aquello. Otra cosa es que después, o antes, no se haga un análisis del texto. Pero, ¿eso es independencia del fuera de la obra? ¡Ni hablar!, eso es solo aplicar los criterios de gusto o disgusto que el analizador ha conformado en sus lecturas y que arrastra. Cuando dice "este verso es bueno" está diciendo que la historia de la literatura y todas sus lecturas le han preparado para apreciar esa métrica, esa rima, ese sentido del tema. Y me parece bien, pero eso es un "fuera".
Lo que no quiere decir (y ese es el argumento más utilizado por aquella corriente crítica, que ya pasó) que la Obra sea valiosa por la Vida del Autor.
Simplemente, la vida del autor pueden, en algunos casos, ser un referente o un ancla imprescindible.
En este caso no hay vuelta: han publicado sus cartas personales. Las leo como algo íntimo, pan de higo, magdalenas, prosa pura de cada día.
Estoy confusa. Menos mal. Por una parte, pienso en algún poema de MHdez y puedo aislarlo de la persona perfectamente para saber que es bueno,
"la muerte toda llena de agujeros",
que puso la palabra en la boca con atino pero, por otra, cómo dejar de lado la perra vida de aquellos tiempos para terinar de conmoverme. Ah no, difícil obviar.
Cuando conocemos algo más allá de las palabras (vida, carácter, historia, influencias), es inevitable no armar las piezas, aunque posiblemente nos equivoquemos muchas veces (es tan difícil adivinar por qué alguien puso el dedo en la llaga, si lo hizo con una conciencia o con otra).
Pero muchas veces leemos y no sabemos nada de lo que hay detrás. Nada en absoluto. Sólo tenemos las palabras en el libro. Y las palabras pueden decirlo todo. De hecho están para decirlo todo.
Otra cosa es que seamos seres hurgadores.
No entiendo la necesariedad de la vida en la obra, pero claro que cuando una obra puede verse alimentada por la vida, comemos, comemos, para mal o para bien.
Aun así, los versos siempre hablan por sí solos, creo. Aunque por sí solos digan una cosa distinta que con la perspectiva de lo de "fuera".
Esta carta me parece emocionante porque he leído al poeta. Me parece, supongo, más emocionante porque lo he leído.
Tendríamos que discutir en persona estas cosas, como habéis hecho vosotros, aquí, en los comentarios, será que no me entero bien, no veo la discusión.
Besos!!
si es que sí estuvimos de acuerdo
pero nos damos bolilla
je
No, no estuvimos, de acuerdo. Me acuerdo de haberle dicho a Javi que esa corriente crítica hacía tiempo que había sido abandonada.
Y me repito: incluso cuando juzgamos un texto creyendo que lo hacemos por sí solo, estamos aportando al texto toda nuestra vida y conocimientos. No es lo mismo leer a Ashbery habiendo leído a Cummings que sin haberlo hecho.
Es decir, un texto es el El Mundo Abierto, no un mundo pequeño. ¿Que a veces la biografía importa y muchas veces no? Totalmente de acuerdo. Dependerá de lo que el autor haya puesto de sí mismo en la obra, y de si lo ha puesto claramente (Bolaño) u ocultamente.
Hay autores que no ponen nada de su vida, basándolo todo en lo que han leído. En esos casos, la biografía no cuenta. La Literatura anterior, sí.
Y conste que estoy muy de acuerdo con el análisis textual, como una perspectiva más del conjunto. Siempre que no se olvide que en ese análisis textual el protagonista es el conocimiento del analizador (su biografía intelectual y sensible).
Por último, no tengáis miedo a debatir por escrito. Por lo que vemos es más útil: Aroa pensaba que habíamos estado de acuerdo en algo a lo que yo me opuse continuamente.
sin respirar: yoestabadeacuerdoyoestabadeacuerdoyoestabadeacuerdoyoestabadeacuerdo
el que no estaba, pues, era el don x, creo
a todo esto, me gusta la aparición de la palabra "nena" en la carta y el "hija"
qué putada pues no fue amor la empresa
del yo al nos hay un trecho.
Fíjate, aquí la biografía (las cartas), me parece que importan poco para los poemas, porque los poemas no ocultan la historia que cuentan. En las Nanas de la cebolla, por ejemplo, aparte de gustar o no (el gusto es peligrosísimo, tendríamos que pagar un euro cada vez que dijéramos "me gusta" "no me gusta") se sabe que el poeta está en la cárcel (sea verdad o no), que ama sobremanera a su hijo y que le preocupa que la madre que le da de mamar solo coma cebollas. No hay nada que aportar desde el Afuera para explicarse el problema.
¡Menos mal que hay alguien, como yo, no dispuesto a estar de acuerdo! Que no tengamos que levantarnos cada vez que alguien dice algo para besarnos, ni hacer la ola.
Yo creo que todo es autobiográfico y se basa, por tanto, en la vida: tanto lo escrito para el escritor como lo leído para el lector.
Luego están los grados, claro.
La carta por momentos me resulta desagradable, por el tono. Pero será la época. Luego recuerdo dónde y cómo está, y me estremece. Sobre todo el no ver al hijo más.
Besos.
Gracias Aroa
Claro que todo es autobiográfico. Lo que varía es la densidad de la autobiografía. Pasa una señorita, o un bereber, que no hemos visto nunca ni volveremos a ver, y meses o años después quedan encarcelados en un relato o poema, con su vida inventada: baja densidad. Y así, subiendo grados.
Datos para tres biografías: Aroa, Javier y yo esperamos siempre a que otro hable primero para decir que NO. Así cobra interés lo que decimos.
(besos, MOMO)
las cartas a mano son toda una hermosura. yo a mi novia le sigo escribiendo.
cuando tuve que sacar vuelos a Buenos Aires desde Tucuman por trabajo y me quede dos meses. todas las semanas le escribia una carta y al llegar se las di todas
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