07 diciembre 2007

Me encanta Dios

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang… Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Jaime Sabines (México, 1926-1999). De Otros poemas sueltos (1973-1994)

16 comentarios:

Reb dijo...

Ahora que tenemos una visión panorámica y la información es contradictoria, cuando el mundo se ha llenado de materia, y la religión es un órgano más de manipulación política parece ridículo creer en algo. La mente humana lo tiene difícil. Decía el gran escéptico de Voltaire: "me resisto a creer que haya reloj sin relojero". Creo que las religiones son armaduras, es un modo de afrontar la existencia, el problema es cuando tu armadura pertenece a un escuadrón de fusilería...
http://www.overstream.net/view.php?oid=eouas6mgazig

NáN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
NáN dijo...

Y ahora, sin erratas:

Que nadie deje de ver el vídeo que propone Reb: ¡es buenísimo! Porque es un problema aritmético: con un solo Dios, todo funcionaba, pero los pueblos se fueron encontrando y conociendo. Y desde entonces, ¿cuánto son Dios y Dios? (Quitar el chiste fácil y os encontraréis lo amargo).

¡Un verdadero hallazgo, este socarrón Sabines! No sabía nada de él.

Lara dijo...

Pues me alegra encontrarme a Sabines, de quien me compré un único libro de poemas hace muuucho tiempo, y que me hace reír ahora, refrescarme, calentar motores. Gracias, Vega, y gracias, Reb, por lo que dices, tan verdad, relojeros o no, qué difícil todo, a cada uno lo que le venga bien al cuerpo y a avanzar...

Un beso fuerte y bienbienvenida, Vega!!!

Virginia Barbancho dijo...

Estoy contigo Reb. La religión la entiendo mucho mejor desde el prisma de la antropología que otra cosa. Lo de creer, en estos tiempos, no lo veo por ningún lado. Sobre todo para quien entiende que la religión es una de las más versátiles herramientas del hombre, porque, siendo así, ¿quién crea una herramienta a la que atribuye su propia creación, le reza y le pide milagros? ¿alguien que se siente demasiado solo?

Esto si que es un jardín. Besos a todos!

Anónimo dijo...

Qué Dios bendiga a Sabines y a las playas a pesar de dios mismo.
Todo el mundo a santiguarse; como diría el propio Sabines "Esto es urgente porque la eternidad se nos acaba"

Me gusta volver a estas playas de vez en cuando y encontrarme sorpresas tan agradables como Sabines.
Vega, Reb, Nán, Lara: besos.
Roberto.

Rober dijo...

Y otro beso para Viki. ¡Casi hemos publicado el comentario a la vez y no te había leído!

Anónimo dijo...

Reb, como ya dice Nán por ahí el vídeo es buenísimo...
Yo que me convertí hace muchos años al ateismo pienso que todo era más sencillo cuando me lo daban masticado. Pero peor, y más insatisfactorio después de todo.
Hay cosas, como la muerte, que no sé asumir, no puedo entender, no aprenderé jamás a encajar... que no tendrán ningún sentido. Vale. Pero de la otra manera tampoco lo tenían... y había siempre un rumor sordo debajo de las letanías indicando que algo en el "razonamiento" fallaba: o dicho más breve "¿cuántas vírgenes me prometes?".
Y me acuerdo ahora de una cosa que escribía Almudena Grandes en "Te llamaré Viernes". "los hombres pueden vivir sin Dios, pero Dios jamás habría nacido si no existiesen los hombres"

Me alegra que Sabines traiga tan buenos recuerdos... hay una antología suya publicada en Visor, no la he visto físicamente así que no sé qué tiene... no sé si estará este, por ejemplo.

En fin, besos a todos y gracias por la calurosa bienvenida!!

Anónimo dijo...

Oh, oh, ya salió el cuatriletro. La palabra. El verbo. El concepto inasible.

Me gusta esta visión de lo que podría ser dios, aunque me parece un poco ingenua en manos de Sabines. Esa voluntad casi infantil de despojar a Dios de toda posibilidad de maldad. Pero me gusta el rollo este de Dios en plan Solaris, un poco ajeno. Como el niño del Protoevangelio de Tomás, que modelaba pájaros de barro, los soplaba y éstos echaban a volar (pero según también el mismo evangelio apócrifo, Jesús niño mandó morir a otro niño que lo había contrariado en el juego, y éste cayó fulminado).

En fin, yo soy agnóstico porque no sé nada. No he visto, ni he dejado de ver. Y me parece la única opción posible (hay reloj).

Un abrazo trascendente a todos.

Anónimo dijo...

¿Entonces, el agua sucia no llevaba niño dentro?

Miguel Marqués dijo...

Vaya, otro criptoapócrifo anónimo. ¡De estos hay a patadas!

Anónimo dijo...

Miguel, yo veo ironía a raudales en Sabines... eso (lo que pone el poema) es lo que dicen los catequistas cuando se les pregunta qué pasa con Dios, ese ser tan bueno que nos quiere tanto y nos putea tanto...
Aunque a lo mejor lo he entendido todo mal...

Yo tengo fe, creo que no existe Dios aunque no tenga pruebas irrefutables...

Miguel Marqués dijo...

Ah! No, probablemente sea yo el que haya entendido mal. No he leído nada de él así que así de primeras...

saiz dijo...

Es la primera vez que vengo a tu blog y este texto me ha parecido magnífico. De modo satírico expresa lo que sabemos pero pocos se atreven a decir. Los creyentes se amparan en que los designios divinos son inescrutables y en que Él escribe derecho con renglones torcidos (esas frases hechas). Así se justifica cuanto ellos mismos dicen en sus oraciones: el destierro, el valle de lágrimas, gimiendo y llorando, etc. Los no creyentes no exigen explicaciones: todo ocurre acausalmente, o sea, porque sí, por las buenas y punto..., que es una triste forma de aceptar lo inaprehensible. La búsqueda de explicación y sentido se topa, invariablemente, con el hecho incontestable de que nuestros sentidos son terrícolas, y por tanto refractarios a cuanto mínimamente escapa de las coordenadas planetarias. Fuera de nuestra percepción espacial, temporal, sensorial e intelectual apenas podemos percibir la nada, ni el infinito, ni lo intemporal, ni lo multidimensional, ni las causas no causadas... Y claro, en estas condiciones y con nuestros cerebritos, apenas hay algo que entender.

José Antonio dijo...

Bueno, lo cierto es que existen mejores poemas de Sabines...

Anónimo dijo...

no pretendía poner el mejor, ni mucho menos.
pero tampoco sé cuál es el mejor y quién decide el ranking o si es una cuestión de puro gusto...

me gustaría saber cuál es el mejor en tu opinión, ya que estamos!