15 abril 2007

El corazón doble. Ningun drama, sólo dos familias. La experiencia final dolorosa. Ha de haber mucho má dolor así. Más vale la muerte que un largo asesinato, el asesinato de una vida (es el asesinato de una vida).
Podría definir mejor el entorno que parece exterior. Cuando el interior agoniza puede haber una nueva alegría, una alegría tan falsa que puedes estremecerte de júbilo como no lo haces ni puedes hacerlo cuando se trata de una auténtica alegría y el interior no agoniza.
Una obra. Llega un momento en que no hay escapatoria posible, como si el espíritu fuera un fuerte golpeteo en las paredes de la cabeza. El único alivio es contemplar el océano. He aprendido a mirar la playa a lo lejos, donde van a construir los nuevos muelles. No puedo mirar esa parte de la playa sin pensar en mi propio final, cercenar mi noción del tiempo, como dice Paul que debemos hacer todos ahora. Puedo hacerlo, pero es como: "También puedes vivir con cáncer". Cuando era pequeña, tenía que imaginar que el dolor físico tenía cierto límite para poder disfrutar del día. Aún no he disfrutado nunca un día, pero tampoco he dejado nunca de intentar conseguir la felicidad. Mi plan actual para traer a Tetum a casa es tan válido como cualquier otro. Está en una etapa muy agradable (todavía como ilusión). Nada ha cambiado. Mi padre lo predijo todo cuando dijo que vacilaría hasta la muerte. Entonces supe que era verdad. Saberlo de pequeña en los Estados Unidos fue muy doloroso. Y sigue siéndolo ahora que tengo casi cuarenta años y estoy en África del Norte.
Me gusta Tánger, pero como a un agonizante. Cuando Tetum y Cherifa mueran podré irme. Pero tenemos aproximadamente la misma edad las tres. Tetum mayor, Cherifa algo más joven. Me gustaría comprarles carne, pescado y aceite para que vivan más tiempo. No sé cuál me gusta más ni cuánto podré seguir así, esperando y al mismo tiempo sabiendo que no hay esperanza. ¿Acaso importa? Más que a ellas mismas deseo llegar a ellas. Pero deseo que me pertenezcan, por supuesto, lo cual es imposible...
Si he salido de mi propia prisión, al mismo tiempo he perdido por fuerza mi lugar de reposo cualquiera que fuese (Tánger se rompe).
Me gusta. Pero ya no puede albergarme.



Jane Bowles (Nueva York, 1917, Málaga, 1973).
Extraído de la biografía de la autora escrita por Millicent Dillon.
Traducción de Ángela Pérez.

4 comentarios:

NáN dijo...

En Malverde la portada de ahora tiene un detalle del Nacimiento de Venus de Boticelli que acudo a ver con frecuencia.

Debajo, una frase de John Coltrane hablando de Stan Getz: «Reconozcámoslo, todos sonaríamos así si pudiéremos».

Pues yo creo, al leer lo que has puesto de Jane Bowles, que todos viviríamos así; si supiéramos. A pesar del dolor.

Hacía mucho tiempo que no la leía. La tenía en un punto de énfasis especial, pero no recordaba el sonido de sus palabras. Veo que si cada uno abre la cartera y sacamos sus tesoros, encontraremos algún cromo repetido.

Miguel Marqués dijo...

A mí se me han roto muchos sitios entre los dedos que, por fortuna, me siguen gustando al menos.

Esquivaremos Tánger por esta vez, dando un salto al norte primero y luego rodeándolo por el sur.

Esta mujer me inspira, de oídas, sentimientos vagos y contradictorios. Admiración, compasión, ciertas ganas como de ayudarla. Sin más, sólo de oídas y leídas escasas. No sé si cae bien, pero parece que apasiona, ¿no?

Anónimo dijo...

Qué solos, los tres aquí, Lara que lo puso, yo que lo comenté entusiasmado, mig que no sabe todavía si la quiere y ella, nuestra Jane, que siendo una fuerza central no parece interesar mucho a nadie.

Snif, snif (sob) (sob = sollozo)

Miguel Marqués dijo...

Parece que la tristeza de Jane, su mal fario, han espantado a los que aún no la conocen.