05 diciembre 2006

Dos poemas para gente a la que le duele el corazón.

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El primero, dramático como el tango (aunque la poeta no sea argentina):

"Ya no"

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré donde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

-- Idea Vilariño, poeta uruguaya.

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Y el segundo, triste e irónico, justo como el Día de Muertos:

"Para los que llegan a las fiestas"

Para los que llegan a las fiestas
ávidos de tiernas compañías,
y encuentran parejas impenetrables
y hermosas muchachas solas que dan miedo
pues uno no sabe bailar, y es triste;
los que se arrinconan con un vaso
de aguardiente oscuro y melancólico,
y odian hasta el fondo su miseria,
la envidia que sienten, los deseos;

para los que saben con amargura
que de la mujer que quieren les queda
nada más que un clavo fijo en la espalda
y algo tenue y acre, como el aroma
que guarda el revés de un guante olvidado;

para los que fueron invitados
una vez; aquellos que se pusieron
el menos gastado de sus dos trajes
y fueron puntuales; y en una puerta,
ya mucho después de enterados todos,
supieron que no se cumpliría
la cita, y volvieron despreciándose;

para los que miran desde afuera,
de noche, las casas iluminadas,
y a veces quisieran estar adentro:
compartir con alguien mesa y cobijas
o vivir con hijos dichosos;
y luego comprenden que es necesario
hacer otras cosas, y que vale
mucho más sufrir que ser vencido;

para los que quieren mover el mundo
con su corazón solitario,
los que por las noches se fatigan
caminando, claros de pensamientos;
para los que pisan sus fracasos y siguen;
para los que sufren a conciencia,
porque no serán consolados,
lo que no tendrán, los que puedan escucharme;
para los que están armados, escribo.

-- de Rubén Bonifaz Nuño, mexicano, del libro "Los trabajos y los días" (1956).

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Dile a Rubén que se vaya al carajo, que ya nos ponemos tristes nosotros solos sin tanta ayuda. (Que no, que es broma, que venga, desde ti, a contarnos).

Y del de Idea Vilariño, que lo había leído no sé dónde (¿quizá en la humilde pero impresionante Antología de Babel, que cada sábado tanto nos enseña?.

Pero sobre todo que tendrás respuesta cumplida en los cielos de berlín. Que se merece un cruce de disparos de entrada a entrada. Espero que pueda ser esta noche (mi noche). Y si no mañana.

Y que gracias. Dos veces gracias, carnal.

Miguel Marqués dijo...

Y a mí me emocionaron, Ger. El vértigo del primero, que trasciende el amargor de la pérdida de lo querido y necesitado y ahonda en el pánico al infinito (me ha hecho pensar en cuando, de chico, me tiraba en el sofá de la biblioteca de mis padres a imaginar cómo sería la eternidad después de muerto, un domingo nublado por la tarde: tétrico).

Y la solidaridad fácil y emocionante del segundo (versión lírica y real del anuncio argentino de la Coca-Cola), que da repaso al género humano como da repaso la historia de Victor Hugo en Los Miserables.

Gracias y hey, cuéntanos, loco, si anda Cristina por ahí. Posteen juntos, háganse un video, cuéntennos. Parece mentira, joder, después de 7 años de lo de Iowa, que te vayas a ir de chevas con Cristinita Álvarez. ¡Qué arte!

Lara dijo...

JO.
Hoy está tan nublado, y he tenido sueños tan raros esta noche (no los recuerdo, menos mal, pero sé que eran pesadillas y yo tenía miedo; como siempre, miedo de morirme o de que viniera un algo horrible y de morirme), y está tan nublado después de ya dos meses de nubes, y espero una llamada laboral y no me decido a aprovechar el tiempo mientras, y es una mañana rara y con poso de temblar; y tú nos cuelgas esto; pues sí, dile a Rubén que se vaya al carajo (con amor), y a la nena que me deje en paz, literalmente.

Pero gracias, Gerardo. Y besos.

Miguel Marqués dijo...

Igual Gerardo lo necesitaba, aquí y ahora. Esperemos que las chevas con Cris le hagan colgar cosas menos tristes. Aunque posiblemente no tenga nada que ver la tristeza de los poemas con la suya propia.

Anónimo dijo...

Gerardo, tema dedicado: hazle oír a Lupita este tema, aunque ya sé que México es más grande que Tij, http://www.radioblogclub.com/open/111269/manu_chao/02%20Bienvenida%20a%20Tijuana%20-%20Manu%20Chao.mp3

Gerardo dijo...

Jajajaja hermanos! La tristeza es algo chistoso (a veces).

Nán y Lara: la verdad lo mismo pensé al leer los dos poemas, pero especialmente el de don Bonifaz. "Chinga tu madre", pinche poeta, por decir la verdad de ese modo tan llegador (doloroso).

Cabe también mencionar que Bonifaz es un ídolo literario nacional, maestro de prácticamente todos los poetas mexicanos de los 50's hasta aquí. Sus traducciones de Catulo (pronto pondré una) ¡¡¡son una verdadera joya!!!!!!!!!!

Nán: bastante he oído sobre la Antología de Babel; aquí llega El País pero bastante caro. Lo que a veces compro es la revista de los domingos (excepto cuando trae entrevistas con Carlos Fuentes, que parece ser cada dos semanas).

Ah y por cierto, "Welcome to Tijuana" es un tema excelente, que abre al menos dos comentarios:
1) A la casa en la que vivíamos Miguel y yo en EEUU, oficialmente llamada la "Spanish House", nuestras (mis) amigas la rebautizaron como Tijuana. Naturalmente, la canción de Manú era el himno.
2) Creo que es la único vez hasta ahora que me ha pasado, pero "Clandestino" de Manú Chao es el único disco que he amado que ya no puedo escuchar, so riesgo de caer paralizado en lágrimas. Especialmente dos o tres canciones (como "Mentira", y sobre todo la última, sobre el viento), uffffffffffffff. Dolor puro. Claro que dolor del bueno, de ese que no entume sino alumbra. Pero dolor al fin y al cabo. En cierto modo ese disco fue el soundtrack de mi regreso a México luego de Iowa y me lleva inevitablemente a ciertas mujeres y sensaciones, razón por la cual me hace sentir así.

Pero bueno, hace un par de meses descrubrí felizmente en un bar que "Welcome to Tijuana" no me hace sentir así (o al menos su parte alegre, cuando entra el coro y cambian a acordes menores me entra un poco la tristeza, pero muy tolerable).

¡¡Ah y leeré Ángeles sobre Berlín entonces!!

Lara: Un beso para ti igual! Aquí igual está nublado pero se siente agradable. Por cierto ayer tocó Chano Domínguez en Campeche, a dos horas de Mérida (no pude ir por el trabajo) y pensé en Miguel y en ti.

Miguel: Jajaja coño!!!! Ahora sólo faltan unas chevas contigo, re-cabrón!!! Lo de sentarse a imaginar la muerte o el no-yo es algo que hacía mucho y me provocaba un escalofrío emocionante, que desapareció el primer día que fumé un canuto. Ahora pienso en la muerte o el no-yo y sonrío y me entristezco, pero sin estremecerme. ¿Y cuál es ese anuncio de coca cola que mencionas?

Ah, y haré todo lo que esté en mis manos para que Cristina la pase bomba en Mérida. Seguramente nos veremos dos veces (ella sólo va a estar un día aquí, al parecer), un almuerzo y luego una salida nocturna. Yo que ustedes revisaría la maleta de Cristina cuando vuelva a Madrid, quizás lleguen dos regalitos dirigidos para Miguel y Nán.

Pablo Gutiérrez dijo...

Habría que hacer algo serio
para prohibirles a los poetas tanto paralelismo.
Habría que empezar a decidirse hacer crestomatía con los libros de retórica.
Habría que comprender que la relga de las tres unidades no es como la ley de gravedad, a pesar de la suya.

Pablo Gutiérrez dijo...

... grmps de dedos ráipdos...

Gerardo dijo...

¿Dedos raídos?

:-D

isobaras dijo...

A mi me duele el corazón de no conoceros en persona, ¡a todos!

NáN dijo...

¡Qué rica eres, Isob!
Estos sitios no serían lo que son si tú no fueras.

Anónimo dijo...

Recordé, entre dos sueños, que "fueras" tiene dos sentidos. El mío era un "fueras" del verbo ser, no del verbo ir.

Expresaba un agradecimiento (ya es más que un reconocimiento, fíjate) a que eres. Que está muy bien que así sea. Allá donde seas.