24 octubre 2006

Nos agobian con tanto ruido, con tantos sonidos que digerir. Es necesario siempre tener la palabra en la boca. Hay que huir del silencio. Pantallas de colores, luminosos fluorescentes inundan todo. Música y argumentos divertidos, la frase correcta en el momento adecuado. Todo tiene que encajar y ser "cool". Bonitos eslóganes, argumentos facilones, publicidad de colores.

Incluso lo profundo es liviano. Se trivializan los problemas y se editan guías de autoayuda de 10 euros, con detallados pasos para alcanzar la felicidad. La amistad se digitaliza, el sexo también y se transforma en una serie de carateres ascii, que inunda nuestro tiempo y nuestro espacio. Torrentes de información que bloquean nuestros sentidos, con las gracias y desgracias del mundo moderno.

Ya no queda espacio para el silencio. Y menos en pareja, para la mirada silenciosa, para el brillo en los ojos, solo ruido y más ruido. Prohibido el aburrimiento o el hastío. Sólo queda la vorágine que consume hasta el amor. Entre tanta mierda, suenan unas palabras discretas, escritas en otro tiempo, menos sucio de ondas y bits. Un señor chileno , mirando al pacífico , escribe y me a mi sirve de alivio en estos tiempos de furia en los que vivimos, y me recuerda que hay cosas que merecen la pena:

El Nº 15:

"Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto
."

20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada ( 1924 )
Pablo Neruda

Aspiro, cierro los ojos, me doy unos segundos antes de meterme de nuevo en el caos.

2 comentarios:

MSalieri dijo...

Bienvenido al blog, Paquete. Ya veo que no sabías que Neruda y Benedetti están vetados en LPDS por provocar diabetes en los lectores... Bueno, por esta vez pase. ;)

Saludos blogueros.

Miguel Marqués dijo...

Viva el azúcar, viva la sacarina, vivan las revoluciones, viva lo que creemos, vivan las huidas y las llegadas, y las certezas a medias, viva lo que negamos y lo que intuimos. Vivan los atrevimientos. Vivan las tesis, sus antítesis (u otras) y todas y cada una de las síntesis que se nos queden entre las uñas. ¡Viva el otoño!